15. En casa

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Llegué al aeropuerto de Nueva York a primera hora del viernes, era un día lluvioso. El lunes siguiente era el aniversario de la muerte de Bucky y estar aquí me haría sentir contenida además que no solo vería a mi familia también pasaría a ver al resto del grupo. Me tomé un taxi hasta la casa de tía May donde absolutamente nadie sabía que había regresado por al menos diez días, abrí la puerta y se sentía un rico aroma que provenía de la cocina... era hora del almuerzo, entonces al ingresar al lugar dije

—Eso huele delicioso— tanto Peter como mi tía me observaron 

—¡Carol!—oí decir a mi hermano con una alegría que me impresionaba un poco, ambos se acercaron a mi para abrazarme

—Hija ¿cómo has estado?— dijo muy emocionada tía May, tanto que me hizo llorar a mi también 

—Estuve bien tía, estoy bien —dije— solo quería estar aquí para el primer aniversario— agregué luego, esta vez fue Peter quien habló y me abrazó

—Hermana, no sabes la falta que me has hecho, te extrañé mucho. No es lo mismo si tu no estas aquí— dijo con lagrimas, al separarnos limpié sus lagrimas con las yemas de mis dedos

—Ahora me tienes unos días para ti— bromeé con una pequeña sonrisa para luego largar una risita

—Imagino que querrás quedarte en tu casa— mencionó el chico y negué

—Dormiré en tu cuarto, quiero toda la experiencia familiar— dije pero era porque no soportaría estar entre esas cuatro paredes llenas de recuerdos y mucho menos ir al departamento de Buck que ahora me pertenecía. 

Cuando comenzó a trabajar con el grupo hizo un testamento donde decía que al morir, su lugar pasaba a mis manos a pesar de que yo ya tuviese mi departamento propio, él no tenía familia viva. Sus padres habían muerto cuando él era joven y su hermana falleció antes de casarse en los años '50 por una afección cardiaca; en verdad nos obligaban a firmar un documento de ese estilo porque muchas veces no tenían familiares... en mi caso si llegase a morir todos mis bienes pasan a Peter y a tía May

—¿Segura que querrás dormir en ese cuarto?— cuestionó mi tía

—Ay tía ni que hubiese ratones allí dentro— hablé entre risas

—Uno nunca sabe— mencionó Peter y volví a reír. 

Nos sentamos en la mesa, tía May nos sirvió del estofado que había hecho y olía muy bien... además en invierno era de las mejores cosas comer una comida caliente, creo que esa era la verdadera razón de que amase el invierno. Al terminar de almorzar ayudamos a May con los platos entonces fue cuando preguntó

—¿Todo ha ido bien?— asentí con una leve sonrisa

—Sí, todo esta bien. Estoy trabajando en una cafetería y cuando regrese voy a buscar un lugar donde mudarme— comenté contándole mi nueva vida 

—Me alegra mucho que te esté yendo bien en Londres— habló tía May y me abrazó, cuando nos separamos me entró una llamada, tomé el móvil y vi la pantalla... era una llamada de Ikaris

—Tía debo atender— dije señalando mi teléfono 

—Ve hija— habló mientras me sonreía. Fui hasta la sala para ubicarme en la ventana 

—Hola Ikaris— dije saludando con una sonrisa aunque no me vea

—Hola Carol ¿cómo estas? Fui a la cafetería y me dijeron que te habías ido— respondió el castaño, reí levemente

—Lo siento por no avisarte que vendría a mi casa —dije luego llevando mis dedos al puente de la nariz— era importante que esté aquí— agregué al final

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