11. Recuerdos y preguntas

21 4 34
                                    

Buck estaba sentado en el sofá viendo televisión mientras yo me encontraba recostada en el mismo con los pies sobre el regazo de mi novio, estaba muy concentrado viendo aquella pantalla y se lo veía jodidamente sexy, me mordí el labio inferior por un momento. Acarició una de mis piernas y sonreí

—Estuve investigando y mañana hay un baile ambientado en los años '40 ¿quieres ir?— le pregunté sin quitar mis ojos de él, sus ojos se encontraron con los míos

—¿Tu quieres ir conmigo?— cuestionó luego

—Podemos ir, recién el lunes debemos ir al complejo— recordé entonces cogió una de mis piernas para jalarme y que quede acostada sobre el colchón del sofá mientras él como si tuviese la agilidad de un gato se posicionó entre mis piernas, levantó un poco mi camiseta blanca de tirantes para dejar al descubierto mi abdomen y así acariciarlo suavemente.

El clima estaba algo caluroso, Nueva York en el verano era un infierno y en el invierno era un refrigerador; no había punto medio por eso estaba usando unos shorts y aquella camiseta de tirantes sin brassier. Luego de acariciar mi abdomen y relamerse los labios Buck habló

—Entonces hoy podemos quedarnos en casa— terminó por guiñarme un ojo, enredé mis piernas en él y sonreí

—Me parece bien— hablé al final. Levantó por completo la camiseta dejando al descubierto mis senos, los acarició suavemente para luego pasar a besar mi cuello, mis clavículas y parte de mi pecho; se acercó a besar mis labios mientras su mano derecha bajaba hasta mis shorts para introducirla, tocó mis pliegues y el clítoris con suavidad. Cerré los ojos disfrutando todo lo que hacía con mi cuerpo. Mientras él estaba ocupado con mi entrepierna, por mi parte con la excitación que tenía y los pequeños espasmos que me provocaba desabroché su cinturón junto a los pantalones donde se podía notar un bulto, liberé su erección y ya estaba lista para que me hiciera suya. 

Cuando desenredé mis piernas de él aprovechó para quitarme la poca ropa que me quedaba, yo le ayudé a quitarse su camiseta y las placas que llevaba en el cuello colgaban sobre mi rostro; al ver que ya estaba lubricada tomó su miembro y lo introdujo suavemente en mi, cerré los ojos nuevamente para disfrutar aquella calidez que yacía en mi interior. Fundirnos en uno solo me parecía la cosa más romántica de todas. No se movió hasta que ambos nos acostumbramos al otro. Unos momentos después comenzó a moverse, atrapé sus labios en un beso y tuve que separarme para poder gemir sino estos quedarían en mi garganta. Bucky gemía roncamente mientras aumentaba el ritmo de las estocadas

—¡Ahhh Buck!— dije en un momento haciendo que él aumente aún más las embestidas; tres, cuatro, cinco y terminó en mi. Yo me había estado cuidando con anticonceptivos, generalmente usábamos doble barrera de protección pero a veces le permitía no usar condón. Besó mi frente y mi mejilla sin salir de mi por un momento, lo observé a los ojos y sonreí... estaba completamente enamorada de Bucky Barnes. 

Sábado a la tarde. Habíamos quedamos en que iríamos a ese baile para disfrutar nuestro fin de semana antes de ir a la misión el lunes a primera hora; me duché, sequé mi cabello para hacerme un peinado de la época además de llevar un vestido de esos años. Era color durazno, con botones en la parte superior también tenía un cuello que terminaba en una especie de moño, la falda también tenía unos botones y hasta un cinturón. Al colocármelo me quedaba por debajo de la rodilla, acondicioné mis cejas para hacerlas más delgadas como se usaba en esos años, rimel y un delineado muy fino casi imperceptible... para completar unos labios rojos brillante. Salí del cuarto y vi a Barnes con un traje militar 

—Wow— dije al verlo

—Te ves preciosa —habló acercándose a mi— eres toda una mujer de 1940 —agregó— y yo soy tu novio que se esta yendo a la guerra— concluyó, me hizo sonreír

InfinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora