5 - Sufrio tanto...

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Un día normal como cualquier otro, descansando en su día libre de patrullas y demás

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Un día normal como cualquier otro, descansando en su día libre de patrullas y demás. Fue por orden del sombrerero ya que ella jamás dejaba de patrullar, al menos un día.
Frustrada mantenía sus ojos en el cielo, esa zona solitaria en donde nadie interrumpa sus pensamientos.

Recordaba cuanto odiaba a su familia y esa maldita tradición (inventada por ellos, unos idiotas sin causa) ni hablar de la escuela, ella era la burla y dueña de los murmullos en todo.
Abandonada por sus supuestas amistades, burlada y golpeada.
Hasta el día de la fiesta de egresados, en ese momento exploto y es un recuerdo que permanece en su mente.

Unos pasos captaron toda atención de ella, frunciendo el ceño miro sobre su hombro y con sólo reconocer ese cabello blanco ya tomo su katana.

— ¿Siempre tomas tu Katana con las personas? —Ladeo su cabeza a un costado sonriendo de lado.

— Solo cuando estas tú.

Tan cortante como siempre, considerando que podría cortarlo es un punto válido el ver que solo lo mira amenazante.

<Largo.>

Observo atentamente cada movimiento del intruso; se acercaba para sentarse detrás, unos centímetros cerca de ella. Posaba ambos antebrazos en sus rodillas y la veía sonriente juntando los dedos.

Hubo un pequeño silencio.

— ¿Qué demonios quieres ahora?

— Solo descanso las piernas.

— Puedes irte a tu habitación o pasar el tiempo con esa amiga sospechosa que tienes.

— ¿Kuina? Así que también desconfías de ella. Sabes... quiere conocerte, no deberías pensar mal de alguien que no te ha hecho nada malo.

Frunció más el ceño. ¿Acaso insinúa que ella se equivoca y es la mala? Kuina podría ser cómplice de él y éste mismo podría estar planeando algo grande. Aunque claro, es solo pensamiento de ella; uno que tal vez suene exagerado.

— Entonces que no ande por los pasillos cerca de la oficina del sombrerero, además siendo tu aliada me hace sospechar más. —Respondio ya cansada de esa charla que colmaba su paciencia— Ahora vete, quiero un descanso agradable y tu presencia me desagrada bastante.

— Eso duele. —Dijo indignado, pero sonrio al ver que no podía engañarlaeres muy sincera. Deberías tener cuidado con eso.

Listo, se puso de pie con una mirada desconcertada.

— ¿Me estás amenazando?

La única reacción que llego a tener el albino fue voltear para correr ya que ésta no lo dejó responder y se lanzó para atacarlo.

Así empezó esa persecución en todo el lugar.

Así empezó esa persecución en todo el lugar

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— Pero qué...? —Se dijo a si mismo el hombre con piercings mientras seguía con la mirada a esos dos corriendo.

El de katana a penas vio eso y fue tras ellos para averiguar que andaba pasando.

Por otro lado Chishiya jamás imagino correr tanto y sentirse tan agitado, se maldecia por no tener una buena resistencia.
En cambio la azabache corría tras el como un feroz Puma en busca de la presa, ¿es que no se cansaba? Maldición. Deseaba un milagro ahora.

Gracias a dios.

Sonrio en sus adentros al ver a Kuina junto con Arisu y Usagi, el trío lo miro sorprendidos.
Su reflejo fue ocultarse tras Kuina dado que es la más alta y sabe defenderse. La oji-azul intento rodearla para atrapar al idiota tras ella pero éste no dejaba de moverse a los costados, ambos mareando un poco a la mujer.

— ¡No te escondas y dímelo más de cerca! —Amenzado intentando agarrarlo del cabello, pero el cambio de lugar detrás de Arisu.

— Si me acerco mas podría asustarme.

Empeoro las cosas. Ahora Usagi y Kuina se atrevieron a sostenerla por detrás y delante, para evitar que asesine al idiota de Chishiya.

— ¡Madison, cálmate por favor!

— ¡Kuina tiene razón, si no te calmas llamaras más la atención! —Intento calmarla Usagi abrazando más fuerte.

— ¡Unos golpes y estaré tranquila!

En ese momento los dos chicos quedaron en blanco al ver ese hombre tatuado con katana y el idiota de Niragi con una ceja arqueada por la situación; posando su arma en el hombro.

— ¿Qué sucede aquí? —Pregunto mirando la escena.— ¡Tú! Explica. —Le ordeno al pobre azabache.

Con lo tierno y amable que es Arisu no dudo en responder por miedo. Causando así que el mayor suelte una carcajada.

— Entonces sueltenla, Chishiya debe ver las consecuencias de meterse con un militar.

Con el arma señaló que la dejaran y ambas mujeres con dudas tuvieron que soltarla.

Solo que ella no hizo nada, se mantuvo tranquila mirando a un costado. Como una niña regañada, eso extraño a los presentes.

Unos pasos llamaron la atención.

— Déjense de tonterías y váyanse. —Ordeno ahora la voz gruesa de Aguni— Madison, Chishiya a sus habitaciones. Ustedes comenzaron este escándalo y para no recibir un castigo mayor obedezcan.

Se dispersaron, exceptuando la joven quien cambió de dirección para evitar ir en el mismo lugar que el albino. Samura la siguió para hacerle compañía y luego se aseguraría de que vaya a su habitación para mantenerse ahí sin hacer enojar al líder.

Por un lado el responsable del problema caminaba con manos en los bolsillos, pensando en que probablemente estará perdido si se la vuelve a cruzar.

<Tendré cuidado>

Aunque... no fue tan aburrido este día, esa chica era entretenida.

 no fue tan aburrido este día, esa chica era entretenida

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Sᴇɴᴛᴇɴᴄᴇ [ℂ𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒 𝕊𝕙𝕦𝕟𝕥𝕒𝕣𝕠] (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora