Sᴇɴᴛᴇɴᴄᴇ [ℂ𝕙𝕚𝕤𝕙𝕚𝕪𝕒 𝕊𝕙𝕦𝕟𝕥𝕒𝕣𝕠] (PAUSADA)

8 - Provocando

Bien, podía moverse con calma, debía evitar hacer más esfuerzo hasta que sus brazos y piernas recuperen fuerza. Como siempre se dio un baño, paso algún ungüento en los brazos y piernas para después de unos minutos salir.

Quería caminar un poco y dejar de estar encerrada. Ya era sofocante el escuchar música a todo volumen, gritos de personas drogadas u ebrias. Contando que no es su tipo de musica, ni siquiera le gustan las fiestas.

En los pasillos se encontró con algunos residentes random que evitaban verla a los ojos. La última vez que alguien lo hizo apareció con golpes al día siguiente. No fue ella si no su compañero. Samura también conocido como Last Boss, sabía bien que le incomodaba a la azabache que miren sus ojos.

A no ser que sean de confianza como él, Aguni, los superiores u otro.

Estaba prohibido hablar de ella incluso a escondidas, nadie debía ofenderla por sus lindos ojos. No tiene la culpa de haber nacido en esa familia...

<Volver podría ser un fastidio< pensó con el ceño fruncido.

Odiaria ver a esos idiotas.

Genial.

Frente a ella se podía ver a Niragi patrullando como siempre. Con solo verla sonrio y se acerco para inclinarse estando a su altura.

— La monstruosidad sexi ya salió de su cueva~

Que mierda de coqueteo. Esa primera palabra hizo que una vena sobresalga de su sien. No quería problemas con ese idiota, prefería llevar una relación tranquila con los militares... por ahora.

— Cierra la boca idiota, las mentiras me repugnan. —Sonrio con el ceño fruncido.

¿Mentira?

Se notaba a leguas que ella se despreciaba por la apariencia, no se consideraba alguien bella o sexi, en especial sus ojos.

— ¿Quieres que te muestre porqué eres sensual?~

Ya rompía mucho el espacio personal y ella no estaba en condiciones de darle una paliza por tal atrevimiento. Necesitaba ayuda, o terminaría forzando sus brazos al golpearlo.

— Yo creo que Last Boss te mostrará algo mejor si no dejas de invadir su espacio personal. —Interrumpió una voz masculina.

Se negaba rotundamente a admitir que le alegró ver a Chishiya en ese momento. Con las manos en los bolsillos de su chaqueta y esa sonrisa de idiota que lo hace ser él.
Al peli-negro no le gustó nada esa interrupción.

— Eso a ti no...

— Oye Chishiya, me las pagarás por lo del juego. —Amenazo ésta mientras se acercaba al albino— pero te la dejaré pasar por sacarme de esta. —Murmuro solo para que él escuche.