cliché; trueno ✓

⁰⁰⁴

мατєο

Me desperté con los incesantes golpes en la puerta de mi cuarto.

Estaba absolutamente seguro de que era mi viejo, porque si hay algo que le gusta hacer, es romperme los huevos. Isa seguía durmiendo a mi lado, tenía suerte de haber escabiado tanto y no tener que ser despertada por alguien golpeando la puerta.

El reloj marcaba las ocho de la mañana y en la mente de mi viejo era un buen momento para levantarse los sábados.

Me levanté de la cama con fiaca y caminé hacia la puerta frotándome los ojos tratando de acostumbrarme a la luz que invadía mi habitación a través de la ventana.

Abrí la puerta y mi viejo me miró con el ceño fruncido, rodé los ojos sabiendo que escucharía un sermón aún sin saber por qué desde esa semana no había hecho nada malo.

—Cuántas veces te dije que no quiero que traigas pibas a la casa? —su voz salió como un susurro, pero todavía sonaba como si me estuviera gruñendo. —Si querés garchar anda a un telo, quiero respeto en mi casa.

—Ella es solo mi amiga, y no pasó nada. Cuando se despierte, la voy a llevar a su casa, Sr. Palacios —dije, tratando de sonar lo más tranquilo posible, aunque sabía que odiaba que lo llamara Sr. Palacios en lugar de papá. Lo hice solo para joder.

Sin embargo, era sábado y no quería arruinar mi día.

No dijo nada, solo me miró fijamente con su expresión de que no cogio en toda la noche y luego caminó por el pasillo.

Volví a la cama con la intención de intentar dormir de nuevo, pero de alguna manera el sueño se había ido.

Así que agarré mi celular y abrí el chat con Daniel donde estaba el contacto de Aurora. Cuando llegué a casa del club con Isa, no tuve tiempo de volver a agarrar mi celular porque ella decidió querer hablar sobre todas las películas que había visto en su vida y mover todos los muebles de mi habitación.

Pero tirado en la cama mirando el celular guardé su número y abrí el chat. Su foto fue lo primero que vi.

Aurora sonreía pero no miraba a la cámara. Seguramente alguien había sacado la foto cuando ella no estaba mirando. Su sonrisa fue espontánea y entrecerró los ojos. Nunca la había visto sonreír así, y mucho menos a mí ya que estaba claro que me odiaba.

Me quedé con el celular en mis manos mirando la pantalla con su foto abierta preguntándome si debía decir algo por largos minutos.

Solo salí de mi trance cuando escuché a Isabella refunfuñar a mi lado haciéndome guardar mi teléfono rápidamente como si escondiera algo en él.

—Buen día. —dijo con voz soñolienta y se levantó yendo directo al baño.

Cuando salió de allí fue como si no acabara de despertarse, o como si no tuviera una resaca de la puta madre.

Isa era increíblemente hermosa, de esas que dejarían sin aliento a cualquiera, pero para desgracia de los chicos que se involucraron con ella, Isabellaa era un Mateo en versión femenina.

No se enamoró y no tuvo novios.

Ella era la persona que no llamaba al día siguiente y eso frustraba a los chicos todo el tiempo.

He visto algunas escenas en las que corrían detrás de ella mientras Isa los ignoraba.

Triste pero cierto.

Los chicos no pueden soportar el hecho de que una chica los gosthee antes de que ellos lo hagan.

Ellos ven esto como un desafío y tratan por todos los medios de hacer que se enamoren solo para inflar su ego. Así como no pueden entender cuando una chica actúa como la mayoría de ellos.