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мατєο

El día del bendito examen de biología estaba preparado, más que de costumbre.

El resto de la semana Aurora y yo no hablamos y a ella no parecía importarle demasiado. No quería alejarme de ella, especialmente por su beso y lo mucho que quería más.

Pero ese mismo día Isa y yo hablamos. No tenía sentido invertir si sabía que en realidad no sería capaz de llevar Aurora a mi cama, excepto para estudiar o ducharme.

Aurora no era como Isabella, que tendría sexo conmigo y al día siguiente no le importaría si aparecía con otra persona.

Preferí alejarme porque no quería cargar con la culpa sobre mis hombros por hacer sufrir a una chica.

Me senté en una de las últimas mesas y, como siempre, Aurora estaba en la primera. Agitó su lápiz una y otra vez y supe que estaba nerviosa, especialmente porque era uno de los últimos exámenes. Pero también sabía que lo mínimo que obtendría sería un diez.

Al final de la prueba me sentí seguro. Lo había hecho bien, y buena parte de ello debería agradecérselo a Aurora. Porque aunque conocía el tema, sus resúmenes facilitaban todo, era como si supiera todo lo que iba a salir en el examen.

Cuando terminé la prueba ella ya había salido del curso, e incluso la buscaría para agradecerle, pero estos días solo la busqué para devolverle la mochila y entregarle la llave de la casa.

Como habíamos acordado.

-¿Crees que te fue bien? -preguntó Isaa cuando me senté a su lado en la cafetería.

Ella también acababa de hacer un examen y no parecía muy feliz.

-No sé, pero todos a los que respondí creo estaban bien. Voy a sacar una buena nota. -dije emocionado, pero Isa no le parecía gran cosa, así que envolví mi brazo alrededor de ella y le di un beso en la parte superior de la cabeza.

-También te due bien. -dije para consolarte.

-Si saco una mala nota, mis papás me van a matar, aunque ya esté en camino a la universidad. -Sus viejos sabían ser crueles cuando querían.

Isa siempre había sido una buena hija y tal vez por eso una nota baja podría arruinarlo todo, pero al igual que yo, estaría libre de sus papás cuando tuviera que compartir dormitorio con un estudiante estúpido.

Me quedé en silencio mientras le acariciaba la espalda y poco a poco la cafetería se iba llenando.

Algunos se veían felices y emocionados por las fiestas, y los graduados soñaban con el día de la graduación y el baile de graduación.

-¿Vas a ir al baile de graduación? -preguntó Isa aún en mis brazos, como si leyera mis pensamientos.

-Si, ¿no dije que iba con vos? voy a mantener mi promesa y luego viajaremos a la casa de tu tío.

-Logramos terminar la secundaria sin salir con nadie. -comentó y se alejó, acomodándose en su silla.

-Debe ser muy malo ir a la universidad con pareja, tener que lidiar con la distancia. No sé si podría.

-¿Y quién en su sano juicio querría salir con nosotros dos? -por primera vez se rió, y asintió. -Creo que cuando esté en la universidad voy a cambiar eso. Salir con alguien. ¿entendes?

-Si

-No sé si podría confiar tanto en alguien, no me siento listo para salir. Y si me lastima, ¿quién estaría ahí para ayudarme? La universidad no es como la secundaria que todos conocen.

cliché; trueno ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora