CHOKE

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Stop, drop
And drag me into place
And lock the fire escapes
I'll break your pretty face


Llevaba tiempo detrás de él.

Era su objetivo desde hace tiempo.

Y al fin, al fin lo tenía al alcance de su mano.

Solo un movimiento más, y sería completamente suyo.

El mismo auto gris obscuro que había visto en las ocasiones anteriores. Las placas eran del lugar e incluso ya había memorizado los caracteres que lo conformaban: 3DZ - E7J, sonaba tan melodioso que lo tarareaba cada que lo decía en voz alta.

Le había parecido curiosa su actividad del día de hoy. Estaba actuando extraño.

Se encontraba fuera de un bar al cuál llegó temprano, lo cual era inusual en él. Normalmente él no se encontraba en estas zonas ni era normal verlo tan temprano en la calle. Vigilante maldijo mientras dejaba caer sus brazos en señal de protesta, "de todas las noches que te he seguido, tenías que elegir el día que decidí eliminarte para actuar extraño. Pésimo desarrollo de tu papel" pensó; volvió a acomodarse en su escondite mientras observaba a la espera de que hiciera algún movimiento.

Mia observaba como el tarro de cerveza sudaba por lo fría que estaba, veía como las gotas resbalaban por el vidrio. La voz de Joe era arrastrada por la música mientras él le narraba que había sucedido el día de hoy en la estación. Mia le escuchaba atenta, de vez en cuando interrumpía con algún comentario o con una risa. Se sentía tan cómoda cerca de él.

Muchas veces se preguntó si él también se sentiría cómodo cerca de ella. También se preguntaba si podría haber algo más... Pero luego se daba cuenta de que solo era una trampa de su misma soledad y el miedo constante de ser invisible, "tan desesperada te encuentras, Mia" solía regañarse a sí misma cada vez que estos pensamientos le asaltaban.

Sabía de sobra que ese constante sentimiento de soledad era lo que le hacía percibir todo de forma confusa. Veía cosas donde no las había, y, ese constante infierno que solía ser su mente le mentía con la falsa esperanza de que Joe sentía lo mismo que ella... solo eran amigos y nada más.

Así que simplemente callaba aquellos pensamientos incómodos que solían llegar a su mente, pero, en esta ocasión dejo que fluyeran en los ríos de alcohol que corrían por sus venas. Prestó atención en sus manos, eran grandes, toscas y por alguna razón le recordaban a un oso. Eran rudas. Eran tan distintas a las de Adrian.

Y sin querer aquel camino de pensamientos impuros hacia su único amigo se dirigieron de una manera tan retorcida hacia su vecino, sonrió complacida al pensar en todas las posibilidades. Mia negó con la cabeza asustada al darse cuenta de lo que sucedía, levantó la vista y se encontró con Joe viéndola demasiado confundido:

-Mia, ¿Sucede algo?

-Lo siento. No sé qué me pasó, creo que es suficiente por esta noche; creo que es mejor que vaya a casa. Nos vemos Joe -se levantó y dejó dinero sobre la mesa.

Tomaba su sudadera negra y se ponía la capucha mientras acomodaba sus cabellos dentro de ella. Estaba demasiado confundida, quería alejarse de ahí rápidamente y buscar la paz del silencio para tratar de ordenar sus pensamientos.

-Mia, no puedo dejarte ir así. Ven, te llevo en mi coche, vamos.

-No, descuida. Puedo llegar bien, solo... Solo necesito un poco de aire.

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