1

9.1K 595 948
                                    

Todos corrían aprisa, llevaban persiguiendo al enemigo tanto tiempo que ya no sentían las piernas, sin embargo, no se iban a dar por vencidos, lo atraparían, lo tenían prácticamente acorralado, estaban en lo alto de un edificio, un hospital y el hombre se había dado cuenta de que ya no tenía escapatoria.

En cuanto salieron por la puerta de la azotea la atrancaron para que no pudiera salir de ahí y el hombre los vio.

Se trataba de una persona rubia-castaña, alto, vestido informal, ropas holgadas con las que se haría pasar fácilmente por un chico completamente normal, ojos penetrantes de color miel.

Sus perseguidores respiraban agitados.

-Ríndete Chris, sabes que esto se ha acabado -hablo el castaño.

El chico sonrió algo burlonamente, sin embargo, se encogió de hombros y alzo las manos como si se rindiera.

-Es cierto, he perdido, aunque no esperaba menos de los doble negros juntos -dijo con sorna.

Aunque era cierto, las personas que habían estado persiguiendo al hombre eran ni más ni menos que cuatro de los usuarios de habilidad más poderosos de toda Yokohama.

Nakahara Chuuya, Osamu Dazai, Ryūnosuke Akutagawa y Nakajima Atsushi, perseguían a uno de los criminales más conocidos mundialmente Chris Colfer, cuyo poder era totalmente desconocido, pero se le acusaba de más de 300 asesinatos y aún más incidentes.

-Quedas bajo la jurisdicción de las organizaciones que gobiernan Yokohama maldito bastardo, y te aseguro, sea quien sea quien vaya a imponer tu castigo vas a desear jamás haber nacido desgraciado infeliz-dijo Chuuya molesto y acercándose al hombre mientas sacaba unas esposas.

Ya estaba a apenas unos metros del hombre cuando los demás se dieron cuenta de que algo iba terriblemente mal, pero el único que actuó a tiempo fue Atsushi.

- ¡Chuuya cuidado! -grito Dazai al tiempo que gracias a la ayuda de la habilidad del tigre el albino empujo al pellirrojo quedando justo donde él estaba el pelirrojo hasta instantes antes.

En ese momento Colfer chasqueo los dedos y un aura blanca lo envolvió a él y al albino, los demás se vieron obligados a cerrar los ojos.

-Ugh -escucharon que se quejaba Atsushi.

Al abrir los ojos se dieron cuenta de que cientos si no es que miles de hilos finos atravesaron al albino y lo sostenían unos centímetros en el aire y Chris solo le sonreía.

Al ver el dolor del albino los otros tres se pusieron en poses de ataque, el azabache llamo a Rashōmon que tomo desprevenido al criminal y lo sujeto del cuello.

Dazai lo vio con esa mirada de mafioso que tanto lo caracterizaba.

-Suéltalo o pagaras las consecuencias, hazlo a voluntad propia o deja que me acerque a ti, anulare tu habilidad, y créeme que la pagaras caro por haberme hecho tomarme la molestia.

El agarre en su cuello se apretó.

- ¿E-estas s-seguro? S-si l-lo ha-hago se des-desangrara -dijo el hombre con dificultad por el agarre en su cuello.

-Tomamos el jodido riesgo suéltalo -dijo Chuuya al ver que al albino le comenzaba a fallar la respiración.

El hombre rio sádicamente.

-Bien -chasqueo los dedos y el albino cayó al suelo, Chuuya se acercó a él rápidamente a ver su estado.

El albino tosió levemente entre temblores, pero aseguro que estaba bien y con algo de ayuda del pelirrojo se incorporó algo tambaleante.

Save me -shin soukoku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora