2

6.6K 551 481
                                    

-No lo puedo creer -dijo Kunikida sin saber cómo procesar la información.

Habían llegado a tiempo, apenas, habían vendado las heridas del chico y solo terminar llego Yosano que lo reestableció, aunque en si las heridas no habían sanado.

Según se dieron cuenta después era un efecto de la habilidad de Colfer, las heridas no sanarían hasta que el chico de verdad quisiera que sanaran y por lo tanto dejara al tigre actuar.

Estaban en el apartamento de Atsushi, Kyoka no sabía qué hacer y no se apartaba de su lado, todos charlaban en la misma habitación en donde se encontraba dormido el albino y Akutagawa solo veía la situación desde una esquina sin decir nada.

Habían pasado ya unas horas, pero nadie prestaba atención al tiempo, solo querían arreglar la situación.

El albino en ese momento se removió en sueños y abrió lentamente los ojos, todos se pusieron alerta, no sabían que tan fuerte estarían siendo en esos momentos los efectos de la habilidad.

En cuanto abrió los ojos vio a Kyoka a su lado y le sonrió.

-Kyoka-chan, lo lamento ¿te desperté de nuevo? Creo... que otra vez tuve pesadillas.

La niña volteo a ver a los mayores y el albino se dio cuenta de que no estaban solos.

Se levanto sentándose, su expresión confundida.

Dazai se agacho a su lado.

El albino frunció el ceño al ver la concurrencia, hasta que intento acomodarse y al intentar usar sus manos un dolor en las muñecas le llamo la atención.

Vieron cómo se quedaba viendo los vendajes como hipnotizado.

-C-creí que había sido un sueño -murmuro.

-Por qué lo hiciste -dijo intentando ser dulce el castaño.

Atsushi frunció el ceño vio que todos estaban expectantes a ver su respuesta, de pronto se comenzó a sentir agobiado, cada vez más y más agobiado su respiración se aceleró no sabía que contestar.

Chuuya vio que el joven había comenzado a entrar en pánico y se acercó delicadamente a él agachándose a su lado.

-Relájate, Atsushi-kun relájate, no pasa nada...

Al chico se le llenaron los ojos de lágrimas y vio a su jefe fijamente, este tenía una expresión seria como siempre, pero le costaba cada vez más el no demostrar lo mucho que le estaba afectando ver al chico así.

-Perdóneme presidente, perdón yo... -su voz fue ahogada por sollozos que le impidieron continuar hablando.

Todos se vieron sin saber que hacer.

En ese momento el chico paro abruptamente de llorar, y se dieron cuenta de que su mirada se veía vacía y sin vida, como si no sintiera nada, como si no viera nada.

-El mundo se volvió gris -murmuro el chico de pronto con una voz completamente desprovista de cualquier emoción, los presentes vieron como parecía más un muerto en vida- es como si no viera los colores, como si...

Frunció el ceño y levanto la vista.

-Me cuesta respirar... -pareció que iba a agregar algo, pero se arrepintió y sacudió la cabeza- estoy bien.

Se dieron cuenta de que era como si dos personalidades completamente distintas intentaran estar presentes al mismo tiempo en el albino.

- ¿A-Atsushi? -pregunto el pelirrojo apretando el brazo del chico.

En ese momento su mirada se volvió a iluminar y el chico volvió a fruncir el ceño, volteo a ver al castaño exasperado.

-Dazai-san ¿Qué me está pasando? Yo... yo no quiero morir, no quiero seguir sufriendo... pero es como si no pudiera ver nada bueno en nada... a-ayúdeme.

Save me -shin soukoku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora