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El albino se encontró mejor tras un rato, Akutagawa fue el primero en verlo, y coloco su mano en la frente del chico y el albino le sonrió con el gesto.

- ¿Como estas? -pregunto el chico tratando de sonar relajado.

El albino suspiro y carraspeo levemente Dazai y Kunikida ya estaban ahí, le habían tenido que lavar el estómago al chico, sin embargo, había sido justo a tiempo la intervención y por lo tanto había tenido éxito.

-Bien... -dijo el chico en voz baja- me duele... hablar, la garganta.

-Es por el método que use... las convulsiones lo complicaron un poco -hablo Yosano- Te puedo dar medicamento que ayudara a...

-No -hablo el albino con voz ronca- gracias... a todos.

El chico se podía levantar y estaba estable, aunque el azabache no le quitaba la mirada de encima, Fukusawa los llamo a ambos a su oficina.

-Atsushi, tengo algo importante que decirte.

El chico asintió cabizbajo esperando las palabras del hombre.

-Trabajaras desde casa a partir de ahora e iras solo a las misiones que se te asignen, sin embargo, puedes disponer de las oficinas completamente.

-Presidente yo...

-No lo malentiendas, seguirás trabajando, nos puedes ver cuando desees y salir cuando desees es algo temporal debido a un criminal en cuanto lo encontremos se te asignara una misión.

-E-entiendo...

-Vayan a casa Yosano dijo que debías descansar.

Atsushi asintió con tristeza y se giró para abrir la puerta.

-Atsushi -le llamo Fukusawa.

- ¿Si? -contesto volteando.

El peliblanco soltó un suspiro largo y lo vio fijamente.

-Cuentas con nosotros, para todo, no importa que recuerdes que pienses o que sientas... pararíamos balas por ti quiero que lo tengas muy presente.

Los ojos del albino se llenaron de lágrimas.

-Gracias... presidente.

El chico salió seguido del azabache, tras arreglar unos últimos asuntos fueron en silencio a casa el albino ni siquiera lo veía a la cara.

Llegaron al apartamento y Akutagawa hizo té, el albino solo se subió a un sofá individual subiendo sus pies descalzos y escondiendo su cabeza entre sus piernas.

-Toma -le llamo el azabache con una taza que el albino recibió.

-G-gracias...

-Yosano menciono que debías tener hambre... en un momento esta lista la comida, el té ayudara a que disminuya el dolor de garganta.

-Perdón... -murmuro el chico al tiempo que el azabache se sentaba en el sofá grande que tenía.

-Por qué.

-No... no controlo cuando hago... esas cosas... no imagino lo que tu sientes, desde que inicio que no puedo dormir bien solo de pensar en ello.

Hubo un breve silencio.

-Así que... ¿piensas que te culpo?

-Yo...

-Ven -le llamo tocando el espacio a su lado, dudoso el albino fue con él.

Ambos estaban a esquinas opuestas del mismo mueble sin embargo estaban sentados viéndose.

-Q-que sucede -pregunto el albino.

Save me -shin soukoku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora