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Improvisar, saber adaptarse y responder al instante es la clave de la supervivencia, ya que el camino al éxito puede ser bastante escabroso, y esas pequeñas piedras que estropean tu camino pueden ser de incluso esas personas de las que jamás creíste capaz, puedes caer y no querer regresar. Pero hay un momento en el que todo el mundo, incluso la persona más paciente y benévola, tiene un límite ¿No es así?
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Desde aquel día, todo en mi vida ha sido muy diferente, me he sentido asustada y a veces quiero renunciar ¿Por qué? Bueno... la verdad es que solo he logrado cruzar palabra con Tata y Jin, aunque con este ultimo la historia es algo chistosa, lamentable y, sobre todo, muy humillante, aunque lo contare luego. No es que los demás chicos sean malos conmigo, de hecho, la que se aleja soy yo, pero una cosa es un saludo cordial por el pasillo a tener que convivir, literalmente, los siete días de la semana. Tae me repite mucho que debo de dejar la pena y que ellos enserio quieren unir sus lazos conmigo, incluso Jungkook que por lo que me ha dicho Jin es bastante penoso con las chicas, pero realmente es muy difícil, haber venido a Seúl y cambiar tanto mi vida hizo que ¿Me perdiera? No lo sé, ser idol es mi sueño, pero las probabilidades de que salga, aunque sea un poco son casi que nulas, y no me gustaría arrastrar a los chicos, a mi hermano, por mi culpa. Siento que estoy en un pozo sin fin.
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Le he mentido a la persona que más adoro en mi vida, a mi hermano, antes tenía la ventaja de que vivía sola y al tener el trabajo de medio tiempo podía ocultar muy bien todo, pero ahora no sé qué pueda pasar, sé que me va a apoyar y que está mal guardarse las cosas, pero tengo miedo de decepcionarlo si se entera de todo lo que me ha pasado.
Todo empezó los primeros días que llegue a la escuela en Seúl, había logrado hacerme un par de amigas: Kang Sohee y Park Soyeon. Todos en el salón parecían enserio ser buenas personas, pero tiendo a ser ingenua, y por eso decidí ignorar los rumores que rondaban los pasillos "El salón A es un infierno", algo bastante comprometedor, a decir verdad, pero pensé que solo era lo típico para asustar a la nueva y hacer bromas sin sentido. Vaya error, el viernes de la primera semana salí algo tarde, no quedaban muchas personas, más que el conserje y unos cuantos pares de estudiantes yendo a sus lujosos carros, tenía algo que prisa porque tenía que llegar temprano al trabajo y luego ir a la empresa a unas clases, por eso le había dicho a Tae que no hacía falta que fuera a mi apartamento a visitarme. Tanta fue la prisa que ignore por completo una mancha, de lo que parecía aceite, y resbale cayendo cual saco de papas al suelo doblándome un tobillo ¿Qué había pasado? Al regresar mi vista al frente vi a algunos de mis compañeros reírse, entendí lo que paso.
Esa tarde tuve que pedir permiso en el trabajo, tenía un insoportable dolor en el tobillo y casi no podía caminar bien, en ese entonces supuse que solo fue una broma de mal gusto por ser la nueva, así como los rumores, pero no fue así, las bromas fueron aumentando e incluso llego un momento en el que ya no se molestaban en hacerlo de forma discreta. Muchas veces llegué con moretones, rasguños, chicles pegados en el cabello, y ciertas lesiones en algunas partes del cuerpo, claro que Tae se daba cuenta, pero yo solo le daba la excusa de que había sido practicando o en el trabajo, porque creía que podía enfrentar las cosas sola y, como dije antes, no quería decepcionarlo.
