Soy nuevo en la ciudad, ya conozco a algunos chicos que pueden hacer que me guste vivir aquí. Es cuestión de adaptarse, porque en realidad, lo difícil era que ellos fuesen como era Javi. Llegué pensando que no habría ninguna polla como la suya, y obviamente ninguna cara como la suya. Sinceramente, hace una sola semana que llegué y antes hubiese dicho que no existían tíos así fuera de Calpe, pero la verdad es que creo que estaba muy equivocado.
Cada día nuevo que paso aquí, en esta ciudad tan grande, acabo llegando a mi casa sintiéndome vacío, solo, aburrido y sobre todo con muchísimas ganas de abrazar al que antes era el motivo de mi felicidad. No es que me arrepienta de haberme ido, pero sí que me siento muy raro, no sé, será cuestión de acostumbrarse. ¿Pero acostumbrarse de qué, a qué? Coño, a qué quieren que me acostumbre si ya llevo aquí dos semanas y todavía no he salido más que tres veces de casa. Estoy harto, necesito salir, ver, disfrutar. Joder saborear cada uno de los minutos del día. Quiero probar sensaciones nuevas, quiero conocer a gente nueva, quiero que todo sea nuevo, diferente, extravagante, excitante quizás.
Es lunes, me levanto como cada mañana en mi nueva casa. Tengo los ojos entrecerrados y me pierdo buscando los interruptores que me guían hasta la cocina. Aquí estoy, sentado en una silla fría y de metal mientras desayuno unos putos cereales de avena que me traje en la maleta (solamente para joder a Javi porque son sus favoritos). Esto no es para nada algo a lo que estaba acostumbrado cuando desayunaba con Javi, entre almohadas y con el edredón pegado y lleno de manchas de café.
Té matcha, eso es lo que bebo ahora mientras llego al curro. Me regaló una amiga una caja llena de bolsitas de este té y la verdad es que está buenísimo. Llego al trabajo sin saludar apenas porque todavía no conozco a mucha gente y me da bastante vergüenza que me vean pasar por la oficina. Mi jefe, Rubén, uno de los mayores hijos de puta que he conocido. Llega a mi mesa y sin siquiera decir buenos días me pide los informes que me había encargado el viernes pasado. Yo, como buen empleado, ya los tenía desde el sábado. Ahora solo queda organizar un poco mi mañana, día, semana o vida. Lo tengo todo tan fuera de control que no sé por donde empezar.
Por fin dan las tres de la tarde y puedo pillarme el metro para volverme a casa y no hacer absolutamente nada con mi vida. Como de costumbre, nada más montarme en Embajadores me encuentro rodeado de tíos trajeados. Todos son muy diferentes, pero tienen algo en común, me ponen muchísimo los tíos con traje. Me enamoro como seis o siete veces en un trayecto de 15 minutos y consigo llegar a casa sin que nadie se de cuenta de lo cachondo que estoy. Me empiezo a quitar la ropa, me meto en la ducha y pongo el agua muy caliente, tanto que me quemo la piel. Me encanta ducharme después de toda la mañana en una oficina en la que huele a café barato y tabaco.
Salgo de la ducha después de media hora larga y me pongo a cocinar. Hoy me apetece pasta, así que busco alguna receta fit y me dispongo a cocinar. La pasta me ha quedado buenísima, aunque echo de menos llegar a casa y que mi novio haya cocinado, otra cosa no Javi, pero cocinabas de puta madre.
Después de semejante atracón de carbohidratos caigo rendido en la cama. Me pongo a mirar Twitter y por alguna extraña razón acabo en Grindr, aquí solo me salen tíos adictos al gimnasio y con cara de que me van a arruinar la vida, exactamente, tal y como me gustan. Me mandan dos taps (fueguitos), uno tiene 27 años, el otro 35. Descartamos al de 35 y cotilleamos al de 27. Tiene linkeado el Instagram así que me meto para ver un poco más del él. Hades, piloto, habla español, francés, inglés e italiano. Por ahora tiene buena pinta. Tiene muchas fotos en Chueca así que supongo que vivirá allí o saldrá mucho por esa zona. Le mando otro fueguito y a los pocos segundos recibo un "Heyy". Le respondo y le pregunto que si vive en Madrid. Me sigue la conversación y hablamos un buen rato más, la verdad es que parece un tío interesante. Me manda un par de fotos suyas (más íntimas), yo procedo a hacer lo mismo. Sus fotos me pusieron muy cachondo y no tuve ningún impedimento en decírselo, él me dijo lo mismo de las mías. Seguimos hablando y la conversación comienza a tomar un tono bastante subidito. Hades me pregunta si tengo la noche libre y yo, sabiendo que al día siguiente tengo que despertarme a las siete de la mañana, le digo que sí.
Me he quedado dormido con la conversación a medias. Soy un gilipollas. Veo la hora y ya eran más de las ocho de la tarde, me meto corriendo en nuestra conversación y leo los últimos mensajes. Hades: "entonces, te viene bien a las 22?"
Me quise morir en ese momento. Le respondo con esperanzas de que no me mandase a tomar por el culo y le cuento que me había quedado dormido. Tras un par de bromas sobre si tan aburrida era la conversación, me dice que si lo prefiero podíamos quedar sobre las 22:30. Me cae bien y todavía no nos conocemos.Me dispongo a elegir el outfit que me quede mejor de todo mi puto armario. Efectivamente, total black look. Voy con unas Dr. Martens, vaqueros negros, camisa negra, una chaqueta de cuero negro preciosa y un collar de conchas que me compré con Javi en la playa. Me pongo mi colonia favorita, "Le Male" de Jean Paul Gaultier, con esa cualquier persona se hace irresistible. Me miro en el espejo y pienso en lo mucho que quiero follar esa noche.
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Aleix y los demás
Teen FictionAleix da un giro inesperado a su vida y huye de su pasado buscando nuevas emociones en otros lugares. Será el pasado el que no le deje de perseguir o el presente el que le juegue una mala pasada. Una vida espontánea y cambiante que hará que tengas...