CAPÍTULO 5 M D MARICA

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- Oye, ¿cómo vas? – Era Hades.

- Ya estoy listo, ¿a dónde vamos? – Me pasa ubicación, era una calle de Chueca por la que ya había pasado un par de veces, pero nunca a ese local. La verdad es que tenía buena pinta.

- Salgo ya de mi casa, ¿me pasas tu número y hablamos mejor por WhatsApp?

- Sí, claro. – Me pasó su número y le añadí a contactos.

- Estoy en 5 minutos, ¿ya estas allí?

- Acabo de llegar, te espero en la puerta.

Llegué y no me costó reconocerlo, era clavado a las fotos que había visto. Me saludó con dos besos y me dijo que venía muy guapo. Me dio muchísima vergüenza que un tío que imponía tanto me dijese eso. Le pregunté por el estilo del local al que íbamos y me contó que a él le gustaba mucho el techno, y que en ese local pinchaban amigos suyos de vez en cuando. Me gustaba el rollo de esas fiestas, pero nunca había ido a una, así que me pareció buen momento para probar.

               El relaciones públicas de la puerta nos ofrece dos opciones: 20€ la entrada sin consumición o 25€ con consumición. Me parece carísimo, pero bueno, estoy en Madrid, me tendré que ir acostumbrando. Pagamos 25€ y entramos. El ambiente dentro de la discoteca es muy gay, acorde con el barrio en el que está situada. Hades me mira y me pregunta

- ¿Qué te gusta beber? – A lo que yo le respondo que cuando salgo de fiesta bebo ron con Coca-Cola.

Se dirige a la barra y yo voy detrás de él, pidió dos copas, mi ron-cola y su Jäger con Red Bull. Hablamos un poco y después de conocernos algo más nos fuimos a bailar. La sala es bastante grande, calculo que caben unas 400 personas más o menos. Esta muy lleno y la gente tiene botellas de agua para hidratarse porque la música no deja que pares de moverte. Hades me mira y se me acerca al oído.

– Quiero comerte la boca. – Obviamente yo quería que lo hiciese, así que sin pensarlo mucho empiezo a besarle.

Besa de puta madre, joder, me pone muchísimo. Me pasa las manos por el cuello y cada vez me besa con más fuerza. Nos separamos y seguimos dándolo todo.

Me mira y me dice que si quiero probar algo que va a hacer que me ponga más cachondo todavía. Yo, desconfiando un poco, asiento con la cabeza. Abrió la boca, sacó la lengua y se puso una pastilla en la boca. Era MDMA. Se pegó a mi y me pasó la pastilla con la lengua. En ese momento noté el sabor de su boca mezclado con el de las drogas. Me pongo un poco nervioso porque nunca lo había probado, pero seguimos besándonos hasta que los químicos se deshacen. Nos terminamos las copas y seguimos bailando, ahora estaba más eufórico (seguramente por la sugestión que me causó consumir el m, ya que Hades me dijo que tardaba media hora en hacer efecto).

Pasaron los minutos y cada vez notaba más la música, las vibraciones, las manos y labios de Hades, notaba con más intensidad todo. Era como si mis sentidos fuesen cien veces más fuertes de lo normal. Miraba a la gente y sentía unas ganas enormes de besarlos a todos, era como si todo el mundo fuese guapísimo y estuviese muy feliz. De repente todo el mundo me pareció amable. Es normal Aleix, estabas drogado.

La música no paraba de sonar y cada vez la escuchaba más fuerte. Iba muy colocado. Hades me mira y veo lo dilatadas que están sus pupilas. Seguimos bailando, cada vez más cerca, más eufóricos y más cachondos. Le beso y le muerdo el labio, los tiene muy gruesos y me encantan. Se pone muy cachondo hasta el punto en el que me mete mano. Me estaba tocando por dentro del pantalón y se me estaba poniendo muy dura.

- ¿Te apetece quedarte o quieres que nos vayamos a mi casa? – Me dijo Hades.

Drogado y cachondo le dije que nos fuésemos a su casa. Ya eran las tres de la mañana y ni me había dado cuenta de que había pasado tanto tiempo dentro de ese local. Salimos y me pitaban los oídos por lo alta que estaba la música dentro. En la calle los efectos de la droga disminuyen, pero sigo con las mismas ganas de follar con Hades. Paramos un taxi y Hades dice la dirección. Vivía en la calle Paseo de los Lagos, una de las zonas más caras de Madrid. Me sorprendió bastante que viviese a media hora en coche del centro. Pero en una zona donde los pisos valen alrededor de cinco millones de euros, era lógico que no le importase pagar un taxi cada vez que salía de fiesta.

Estábamos siendo bastante explícitos en la parte de detrás del coche, no podía más, me lo quería follar ahí mismo. Tras un trayecto en el que dejamos traumatizado al taxista, llegamos a la puerta de su casa. Me bajé del taxi como pude, con el ciego más grande de mi vida y abrochándome la cremallera del pantalón. Hades estaba bastante bien, pero yo le notaba en la cara las intenciones que tenía. Andamos por un camino de piedra que llevaba hasta la puerta de su casa y a los lados nos rodeaba un jardín precioso. Se notaba que estaba todo muy cuidado y nuevo. En fin, casas de nueva construcción en uno de los recintos más caros de Madrid.

Tras un poco de esfuerzo para meter la llave, abrió la puerta y me dejó pasar a mi primero. Enorme y precioso, tal y como se dejaba ver desde fuera. La casa tenía una sola planta, una decoración preciosa y con todos los detalles cuidados. Todos los muebles eran blancos y con toques claros de madera. La mejor parte estaba en las plantas, había muchísimas, muy variadas y por todos los rincones. Le pregunté a Hades y me confesó que todas eran de plástico. Vaya desgraciado, encima las había comprado en el Corte Inglés. Tras quitarle de un plumazo todo el morbo de jardinero le dije que si me podía dar un vaso de agua. Tenía la boca sequísima, culpa del alcohol y la droga.

Me bebí el vaso de agua de un solo trago y nada más apoyarlo en la encimera Hades me besó. Me cogió el cuerpo con tanta fuerza que hasta me asusté. Estaba muy, pero que muy cachondo. Me empujó contra la nevera y me cogió de las muñecas. Mi cuerpo entero estaba en sus manos y cualquier movimiento dependía de él. Notaba como sus labios besaban los míos y como su lengua se deslizaba por mi cuello. Me estaba encantando, quería follármelo ahí mismo, en esa cocina. Empezó a quitarse la ropa y yo procedí a hacer lo mismo. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba completamente desnudo, Hades me había quitado la mayoría de la ropa. Yo seguía apoyado en la nevera mientras que Hades bajaba lentamente rozando su lengua por mi cuerpo. Llegó a mi polla y empezó a chupármela, llevaba dura prácticamente desde la fiesta y no podía aguantar más las ganas.

Vi el cielo con esa mamada, me estaba encantando, no sé si era por lo cachondo que estaba, por los efectos de las drogas o por lo bien que se le daba complacerme. Mientras me la chupaba yo gemía de placer, las piernas me temblaban y las venas se me hinchaban. Tenía el corazón a mil, quería que ese momento no acabase jamás. Le agarré la cabeza con mi mano derecha y con la otra me apoyaba en la encimera para aguantar el placer que estaba sintiendo. Tras apretar su nuca contra mí, le quité la mano de encima y le dije que nos fuésemos a un lugar más cómodo. Se incorporó y una vez de pie, me cogió del brazo para llevarme hasta el dormitorio. Una vez allí, empujé sus pectorales para lanzarle contra la cama. Quedó todo su cuerpo tirado boca arriba, dispuesto a ser disfrutado por mis sentidos. Me abalancé cual guepardo al ir a por su presa, me lo quería comer. Empecé a besarlo bruscamente, no estaba siendo cuidadoso precisamente. Bajé lamiendo cada rincón de torso, le mordía los pezones y agarraba sus costados con la mayor de mis fuerzas. Agarré su polla, su preciosa polla, y comencé a lamerla entera, de arriba abajo. Pasaba la lengua desde sus huevos hasta la punta, una y otra vez, hasta que la mojé entera con mi saliva y me la introduje en la boca. Me comí esa polla con más ganas que ninguna otra, me ponía muy cachondo saber que estaba haciéndole disfrutar. Mientras la tenía metida en la boca le miraba y veía como sus brazos llenos de venas agarraban las sábanas y tiraban de ellas para aguantar el placer. La respiración de Hades era quizás lo que más me estaba poniendo en ese polvo.

Hades me apartó la cabeza y me dijo – Como sigamos así no voy a aguantar mucho más, estoy a punto de correrme.

En ese momento mi ego saltó por las nubes, si me había dicho eso era porque se la estaba chupando genial. Hades se levantó y me dijo que iba a sacar una cosa que quizás me gustaría. Desconfié un poco de él, pensando en que otra droga por sorpresa no me iba a sentar bien. Por suerte fue mucho mejor que cualquier cosa que tuviese en mente. Sacó unas esposas de acero, una pluma y un cinturón. Me asusté con la cara que puso cuando me dijo – ¿Te apetece probar?

Me lo pensé por un momento y en mi cabeza solo sonaba una y otra vez "Aleix, ¿para qué has venido?, ¿de verdad te vas a perder esta oportunidad?, ¿y si te gusta?". Me hice muchas preguntas en menos de 5 segundos, pero lo importante es que acabé diciéndole que sí. Eso sí, le puse la condición de si no me estaba gustando o si quería parar, pararíamos. A lo que él me respondió que siempre pone una palabra de seguridad. Cual Christian Grey me dijo – No te preocupes, el daño que te voy a hacer va a ser muy placentero, si quieres parar en cualquier momento solo dime "Maldivas", suena raro, pero debe ser algo que no digas durante el sexo".

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2022 ⏰

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