Epílogo

272 22 6
                                    

Luego de un par de semanas, Lena estaba saliendo de su turno en la clínica cuando alguien a sus espaldas la detuvo tomándola suavemente del brazo.

Ella volteó pensando de que se trataba de Yulia, pues habían acordado verse allí frente a la clínica para irse juntas a casa, pero se llevó la sorpresa de que no era Yulia, sino Antón.

L: ¡Suéltame Antón! ¿Qué haces aquí?

A: Lena, necesito hablar contigo

L: Yo no tengo nada de que hablar contigo, te pediré que te vayas y no vuelvas a dirigirme la palabra

A: Es importante Lena, sólo dame 5 minutos por favor, por lo que tuvimos alguna vez

L: No tengo tiempo para perderlo contigo, ha pasado un año Antón, yo no tengo buenos recuerdos de lo que tuvimos

A: Lena, yo no he podido olvidarte y créeme que lo he intentado, he estado con muchas mujeres en este tiempo pero ninguna es igual a ti... No entiendo que le viste a la miserable esa, no supero lo que me hiciste, pero no puedo estar sin ti

L: ¡No seas ridículo Antón! Dices que lo que yo te hice... Por favor, quien te escucha diría que eres una víctima, cuando has sido tú la peor porquería que me he topado en la vida.

A: En este caso, ya que no quieres escucharme no me dejas más opción, lo siento Lena...

La pelirroja lo miró confundida al escucharlo y no le dio tiempo a reaccionar cuando Antón, sin previo aviso la golpeó fuertemente en el rostro, haciendo que quedase inconsciente en el acto y él la llevase cargando a su auto.

Salió de allí a toda velocidad, ni siquiera le dio tiempo de mirar si alguien lo había visto y tampoco le importó. Unos minutos después, Yulia llegaba al lugar y al ver que no había rastro de Lena, decidió entrar a la clínica para preguntar por ella.

La ojiazul estaba confundida, la recepcionista le informó que Lena tenía apenas unos 10 minutos de haber salido, pero ella no estaba en donde acordaron encontrarse.

Empezó a llamarla y al no haber respuesta por parte de Lena, llamó a Katerina para preguntarle si sabía algo o si estaba con ella...

Al cabo de media hora, Lena despertó y se vio atada a una silla con una mordaza en la boca y reconoció estar en el departamento de Antón. El chico no usaba mucho aquel sitio, pero se notaba que llevaba algún tiempo habitándolo debido a la cantidad de basura que había por todas partes y lo descuidado que estaba el lugar.

Por la puerta que daba a la cocina vio a Antón salir de allí con una botella de vodka en una mano y en la otra llevaba su celular, en una llamada que tenía en alta voz por lo que Lena podía escuchar la conversación que tenía el chico con la otra persona.

A: ¿Entonces mi padres se fueron? ¡Esos malditos me dejaron aquí solo y sin saber que hacer!

- Te dije que hicieras lo mismo antes de que fuese tarde Antón... Era de suponer que luego de que varios de los inversionistas se retiraran, las empresas Katin caerían poco a poco

A: No podía irme, no sin mi mujer ¿es que no entiendes que aún la amo idiota? Pero ella ya está aquí conmigo, la tengo al fin de nuevo conmigo, no importa que haya sido a la fuerza, no la dejaré ir de nuevo

- ¿Qué hiciste Antón? ¡No seas imbécil! Ayudaste a tus padres a robarle una gran fortuna a Sergey cuando te nombró vicepresidente comercial y ahora que ellos se fueron del país con todo ese dinero, tenías que hacer exactamente lo mismo, pero ¿vas y secuestras a Lena?

A: No voy a discutir contigo Svetlana, solo estás ardida por que no pude dejar de pensar en Lena aún estando contigo. Pero te voy a advertir algo, ni se te ocurra contarle a nadie lo que está pasando o la pagarás muy caro ¿me entiendes?

Pequeñas confusiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora