"𝕷𝖆𝖘 𝖈𝖆𝖗𝖙𝖆𝖘 𝖑𝖆𝖘𝖙𝖎𝖒𝖆𝖓"- ¡SCP 096 Human!

°Cita°

Sus manos temblorosas sostenían una caja de mediano tamaño, su pecho subía y bajaba continuamente, no era capaz de controlar su respiración. Su estomago se revolvía, podía escuchar perfectamente el sonido que generaba a pesar de los murmullos de las ruidosas y exasperates multitudes.

A pesar del día ser soleado el viento era helado, provocando que temblara bajo la luz del Sol. En su cálida respiración se denotaba el pánico, él muy inteligente se le ocurrió ir a feria llena de gente teniendo ansiedad social, su temblor era más provocado por estar rodeado por aquellas personas más que por el frio.

Desde lejos, observo un coche realmente lujoso se detuvo frente al festival, de él, bajo un hombre alto de vestimenta campirana. Su vista quedo clavada en ese tipo, que se quedo hablando un rato con el conductor, tuvo que limpiar mejor sus lentes empañados gracias a su cálido aliento. Cuando termino de limpiarlos y colocárselos Lawrence ya estaba caminando a su dirección, pero observando a sus lados sin percatarse que lo tenía delante, fue ahí donde se dio cuenta de que ese sujeto alto era Lawrence.

De un segundo a otro, el ambiente se volvió más cálido a su alrededor. El temblor volvió en su cuerpo, solo que esta vez era por diferente razón, su corazón latía con tanta intensidad que pensó que explotaría en cualquier momento. Y bueno, casi lo hizo cuando el joven soldado lo diviso a lo lejos, saludándolo agitando su mano mientras avanzaba.

—Hola Andrew– El joven lo saludo, observando como el rubio temblaba como nunca en su vida.

—Ho...¡Hola!– Correspondió al saludo, con su voz siendo bloqueada por un nudo extraño formado en su garganta -Tengo algo para ti.

—Aja, ¿Es esa cosa?– Lawrence a punto a la caja, por la forma en la que Andrew lo sostenía no dejaba ver su contenido.

—¿Eh?– El mayor de los dos se quedo en silencio por un rato, no esperaba una contra respuesta de su acompañante -Si, si es esto- Afirmo, entregándole la caja.

Lawrence tomo el objeto entre sus manos, en el centro de caja había una ventanilla trasparente que dejaba ver su contenido. Reposando entre papel de acetato, descansaban unas cinco rosas de chocolate, el soldado levanto la cabeza, clavando la mirada en su acompañante, que mantenía la cabeza baja.

—Umh... ¿Gracias?– Eso fue lo que recibió, aun así, pudo percibir la vergüenza en la voz baja del más joven.

Andrew jugueteo con sus dedos con nerviosismo, por su parte, Lawrence guardo la caja en unos de los bolsillos de su abrigo, para después pasar caminando al lado de su acompañante. El mencionado se le quedo observando, sin entender lo que quería hacer.

—¡Apura el paso gigante!– Exclamo el castaño mientras continuaba caminando –¡Perderemos los mejores lugares!– Con esa última frase, el de cabellera rubia recordó a donde se dirigían, por lo que se apresuro a llegar a donde estaba el soldado, con una boba sonrisa en sus labios.

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El aire cálido de la cafetería alivio la piel helada de los dos chicos que entraron en ella, Andrew se degustaba con el olor del café amargo junto a el de los postres de vainilla y chocolate, Lawrence se seguía manteniendo inexpresivo y al margen de su acompañante.

Los dos tomaron asiento en un sofá rojizo, quedando frente a una mesa de madera oscura, además de estar uno al lado del otro. Desde el techo colgaban unos adornos, eran dorados y plateados, asemejándose a los copos de nieve que caían a las afueras del establecimiento.

Una de las meseras no tardo en llegar, les dejo el menú y se retiro para atender otros pedidos. Andrew ojeo muy por encima las opciones que ofrecían, ya estuvo varías veces en ese lugar y pediría lo mismo de siempre, por todo lo demás, solo observaba de reojo al joven soldado de su lado, el cual se encontraba totalmente perdido en sus pensamientos, sosteniendo el menú solo para despistar.