—¿Estás listo, Andrew?.
Interrogó un hombre mayor, de tez bronceada junto a unos ojos verdes y cabello castaño. El mismo se aferro más al oso de peluche viejo y desgastado un poco por el tiempo, con algunos hilos marrones tendiendo del peluche color crema. Sus ojos caoba se levantaron, un pequeño brillo de tristeza resplandecía ante la luz del foco de la casa vacía.
—Si, papá— El adulto esbozo una sonrisa tranquila, enderezando sus piernas de su posición arrodilladas para volver a la entrada, donde les esperaba Alexander para despedirse de ellos.
Fue algo repentino y chocante cuando su padre anunció que iban a mudarse de Reino Unido a Irlanda de una semana para la otra, realmente le encantaba el pueblo donde vivían. Las casas de tonos marrones le causaban una sensación tan calmante cada vez que un ataque de pánico recorría por todo su cuerpo, como si se tratara de un rayo que quemaba cada parte de su ser para causar un dolor sofocante en su pecho. Su mirada se poso sobre los cabellos ondulados y blancos de su madre, además de las lagrimas cristalinas que por sus mejillas rodaban.
Su rostro se teñía de un color tan rojo como las hebras de una rosa, causados por la ira de ese día, reflejado aún más por la manera agresiva en la que doblaba la ropa de su marido para dejarla en una maleta negra.
Por la mente del niño se vio reflejada la noche en la que su padre les confesó sobre el viaje repentino, ella había estallado. Lanzando un plato hacía su pareja, gritando y llorando, volviendose un rio de lágrimas amargadas por el dolor. Andrew también lloro esa noche, su madre por accidente también lo había golpeado, aunque dudaba si realmente fue un accidente como ella insistía.
Trago saliva en seco, una gota de sudor frío se deslizo por su frente pálida. Acercándose a paso lento a su progenitora.
—Madre– Dijo con temor de avanzar un poco más.
—¿Qué quieres?– Beatrice se giro a verlo, notablemente molesta mientras quitaba el anillo de matrimonio de su mano derecha y lo arrojaba a la esquina de la habitación.
El miedo se desdibujo en su cara blanca, descendiendo la cabeza mientras temblaba un poco.
—¿Te vas a divorciar de papá?.
Un silencio aterrador y tenso se apodero de todo la sala, los ojos castaños de su madre se fijaron en él, en una mirada amenazante y agotada.
—Me encantaría, y seguro que al idiota de tu padre también– Ella volvió su vista a la maleta –Esa rata haría lo que fuera para deshacerse de sus problemas.
Un torrente de lágrimas volvió a caer de sus ojos oscuros y nublados, Andrew retrocedió con cuidado, antes de llevarse un gran susto cuando su espalda choco contra alguien. Sus ojos se escogieron en un punto muy pequeño, girando la cabeza con lentitud hasta que su mirada se encontró con el aura sombría de su padre, quien permanecía de pie a sus espaldas con una mueca de enojo.
—Qué obvio es el hecho que no me prestaste atención a lo que te dije– Albert comento en voz alta. Beatrice se quedo congelada por segundos, antes de girarse con sus cejas curvadas y sus dientes asomándose de sus labios.
—Sabes que mi madre está a nada de morir, ¡No puedes tener un poco de sentido común, ella es lo unico que me queda!– Exclamo en voz quebrada, con las lagrimas colgando de sus largas pestañas.
El contrario arrugo la cara en un semblante deprimido, aunque, seguía manteniendo esa aura de fastidio.
—Tengo en claro lo que te pasa, pero entiéndeme a mi también. ¡Anne esta loca, no quiero que los lastimen!.

ESTÁS LEYENDO
"𝕷𝖆𝖘 𝖈𝖆𝖗𝖙𝖆𝖘 𝖑𝖆𝖘𝖙𝖎𝖒𝖆𝖓"- ¡SCP 096 Human!
FanficLas cartas se amontonan a su alrededor, a pesar de que no podía detectarlas con su poca visión, seguirán llegando. Quería vomitar, sus ojos se cansaron de tanto llorar, tendría que hacer algo para detener esto. \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\...