CAPÍTULO VEINTICINCO

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No lo había olvidado como cualquier borracho lo hubiese hecho, se quedó en cama todo el día, puso la excusa de sentirse mal solo para quedarse revolcado entre las mantas como un niño que tenía miedo de salir por el monstruo que acechaba su cama. Tomo una ducha rápida para solo ponerse un mono suelto y una polera de color simple, Lee Felix recordó la maña que tenía sobre caminar con los zapatos en la mano hasta la puerta, sonrió de forma neutral al recibir el permiso para salir de Carat, claro, tuvo que poner una excusa.

"Changbin necesita pastillas, iré por ellas".- no era algo sensato pero le causaba risa el hecho de que su padre se lo creyó, no iba a volver hasta el día siguiente. Dios, quería renunciar y su padre lo tenía atado a la peor persona del mundo.

- Seungmin tenia razón... - susurro para si mismo.

-¿En que, cariño? - la señora Seo apareció a su lado sin mirarle, ni siquiera se había dado cuenta que ya estaba en la estación de camino a Seúl.

- Nada, no debería hablar con usted.- intento alejarse, la mujer de canas le sonrió.

-Se que no quieres estar ahí, a mí tampoco me gusta estar ahí. le extendió un vaso de Starbucks al rubio, Felix seguía procesado. -¿Como lo se? Nadie sale con un mono de pijama si no es para ir a comprar comida en el típico 24 horas, o salen así cuando hay una emergencia, y tu no la tienes cariño.

- Da igual. - bufó.

- ¿Que hace por aquí?

- Vine a recoger unas cosas, ¿y tu a donde huyes? - acarició los cabellos rubios, apartando uno pasandolo atrás de su pequeña oreja.

- No lo se, sólo quiero alejarme señora Seo.- acomodo su chaqueta, el viento restregaba en su rostro acompañando su soledad y dura vida.

- ¿Quieres acompañarme? Tal vez eso te distraiga un poco pequeño.- Felix asintió sin mas que decir, entraron al primer vagón del tren en dirección a ¿Incheon?

- ¿Porque vamos a Incheon? Pensé que iríamos a su casa.

-Oh, iremos a mi casa, una muy diferente. - sacó de su bolso una bolsa de galletas para entregárselas.- Iremos a mi casa de campo, 56 más que una casa de campo es una cabaña a las orillas, espero y sea de tu agrado, Felix. - le sonrió.

La miró con agrado, ella no parecía ser tan cruel y metiche como la describía Changbin, al contrario y desde que la conoció no le ha mostrado lo contrario.

- No se preocupe señora Seo.- el menor ayudo a la señora a bajar las bolsas con apuro, ya habían llegado y si no bajaban seguirian directo a quien sabe cuando acabe el tren.

- Bien, sigueme.

Tomaron un taxi en dirección a las afueras, su impresión se quedo nula con ese significado, era un pueblo bastante hermoso, tenia jardines y arboles sakura a donde miraras, todo era impecable y pulcro, no lo conocían y lo saludaban con gusto.

- Esto es muy lindo señora Seo.- le sonrió con fervor a la mujer.

- Gracias, Felix, a Changbin no le gusta venir aquí. - cuando llegaron a la casa la señora Seo abrió paso para que el menor entrara.- dice que es un lugar en donde el no debería estar- carcajeó recordando el berrinche de pequeño.

- A mi me gusta mucho, se ve acogedora y el lugar, wow, yo daría por vivir aquí. - ayudo a guardar las cosas en el refrigerador. - ¿puedo dar un paseo?

- Claro, solo no te alejes mucho de la zona, haré de cena una sopa deliciosa y de postre una tarta de zanahoria. (Es deliciosa de hecho)

- Bien, no tardo.

Salio de la casa con más frío, el pequeño pueblo estaba en medio de montañas y estando cerca de estas había nieve por eso las temperaturas bajaban demasiado, camino siguiendo el sendero de piedras amarillas hasta un parque que están frente a la casa, se sentó en un columpio observando la luna, pensando en que estaría haciendo Hyunjin, Jeongin... Y Changbin.

- No te había visto Hanbin, Hola.- un chico de tes blanca y cabello oscuro se sentó a su lado. -¿Como te ha ido? ¿Y Changbin? Si pudiste enamorarlo, sabes, es cruel que dejes a tu mejor amigo por años. - formo un puchero en sus labios después de una risa ladina, Felix aun seguía sin entender.

- Creo que me has confundido, no te conozco, y ¿como es eso de enamorarlo? - Felix se puso de pie dispuesto a irse del lugar.

- Kang Yeosang, un placer.- extendió su mano al rubio. - Lo siento te confundí con un amigo, es que llegaste con las señora Seo y pensé que eras el, enserio perdón. - parecía efusivo, como si lo comentado fuese comido por el olvido.- ¿quien eres?

- Yo me llamo Lee Felix, y no te preocupes, todos nos confundimos de vez en cuando.- intento hacer que el aire incómodo hiciera una pizca de esfuerzo en dejar de ser lo, pero el chico era bastante serio.

- No todos, te apreces demasiado a Hanbin, ¿No sabes donde esta el? Todos aquí hemos preguntado por el y su madre no nos dice nada. - levanto los hombros restándole importancia al asunto.

-¿Ustedes no saben?- dijo subconscientemente, sin embargo el chico lo escuchó, estaba en duda existencial.

-¿Saber que? - Yeosang le miró con extrañez, se acerco y dijo:

- No te entiendo.

- Si tu no me entiendes yo menos.- subió los hombros dándo vueltas en su cuello.

Cuando miro al frente la señora Seo se acerco a el con tristeza, Yeosang le sonrió a pesar de su cara larga.

- Te dije que no te alejaras mucho.- susurro la mujer antes de ser interrumpida por el de cabellos oscuros.

-¿Como esta señora Seo? - continuó el menor-Espero y bien, le preguntaba a su invitado sobre sus hijos, pero el no sabe de ellos.

- Kang Yeosang nunca te dijeron que indagar en la vida de los demás es mala educación, ¿Kang Haneul no te lo enseño?- la mujer tomo el brazo del rubio para guiarlo a casa.

Al estar lejos del chico Felix decidió hablar: - Señora Seo ¿porque el chico preguntaba por Hanbin?- Felix entró primero a la cabaña seguido de aquella, cerró la cortinas y le miro fulminante.

- Felix, no he venido por años, ellos no se enteraron por ningún medio de que Hanbin falleció. - acarició su mejilla con lentitud.

- Y tampoco quiero que sepan, por favor no digas nada.- beso su frente para centrar su atención al libro. Una idea estructurada se formo en su cabeza tras haber visto la casa y no ver fotos de nadie.

-Señora Seo.- llamó de forma bajita, la señora le vio, y el prosiguió. - ¿Me podría mostrar una foto de Changbin y Hanbin?

Pareció dudarlo, si embargo se levantó y rebuscó en un cajón entregándole un marco algo roto al rubio. Lo miro con asombro cuando se dio cuenta que todo lo que la gente veía...

>>Se parece a mí...

𝐓𝐨𝐨 𝐌𝐚𝐧𝐲 𝐅𝐚𝐜𝐞   •𝙲𝚑𝚊𝚗𝚐𝚕𝚒𝚡•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora