Mi visión hacia tí. (Bruno xT/N)

Capitulo 11 La boda

— Continuemos con esta unión si hay alguien que se opone a este matrimonio que hable ahora o calle para siempre

Un silencio momentáneo reino.

— Yo me opongo

Todos los presentes se pusieron de pie para voltear a ver de quién provenía la voz.

Un hombre de ruana verde con la capucha sobre la cara.

— Hernando — Dijiste casi en un susurro

Hernando bajo la capucha para dejar ver a Bruno.

— Un momento padre no permita esto es un error, ponga pausa a esta boda, déjeme explicar mis motivos y que me escuchen todos

— Adelante Bruno — El padre lo miro con enojo a pesar de que a él aún le pesaba la visión de quedarse sin pelo no tuvo opción puesto que así lo marcaba los sagrados reglamentos

— Voy a contar la historia de un gran amor, hace más de un año nos conocimos y nos enamoramos, más hoy se casa porque la obligan

— No permitan esto, callen a ese loco — Grito la chica del pez

— No opine por favor — Patricia había entrado a la iglesia

— Vengo dispuesto a todo, no salgo de esta iglesia si no es junto con ella, mi amor por favor recapacita no dejes morir este amor asi, yo te amo, recuerda aquellas noches bajo la luna llena, aquellos días en mi
torre, los días en el río siempre a las 12:00, mi mariposita yo te quería buscar me lo impidieron — Dió una mala mirada a su madre — mira el daño

Todos miraron a Alma con desaprobación.

— Y ahora tú, quien te a dado derecho a estar con otra, dime quién maldita sea, yo te conozco de toda la vida, hemos estado juntos en las buenas y en las malas, te entregué todo de mi, te amo para siempre,
además espero a tu primogénito — Patricia grito a la cara de Hernesto

Todos quedaron helados ante las palabras de la chica. Hernesto se inco ante ella pidiendo perdón.

Bruno volteo a ver a tus padres con furia.

— Ahora me dirigo a ustedes que no merecen en lo mínimo el nombre
de padres y así se atreven a mirarme con desprecio

— No nos hable así — tu padre lo miro lleno de irá

— Quien les dió el derecho de tratar así a su hija, ¿Quien maldita? sea, en cuestión de meses la conocí mejor que ustedes ¿Que pasa no dicen nada? Ustedes son los peores padres que pueden existir, su hija llora
lágrimas por mi

— ¿Por qué lloras? ¿Acaso es verdad lo que dice este hombre? — Grito tu madre y acercó a tomarte del brazo con fuerza

— Porque sabe que digo la verdad, la única verdad que hay, aunque haya armado todo este teatro con ustedes ¿Que le sorprende señora? Toda su vida a sido una hipócrita y su esposo por igual

— Suéltame — Gritaste acercándote a Bruno — atrévete a negar lo que me haz echo frente a dios y a todos mamá ¡Vamos!

Tu mamá agachó la cabeza pensando en todo. Mientras tú abrazaste a Bruno.

— Levanta la cabeza mamá, miralos a la cara cuando te hablan — Coral se acercó a tu madre — Nos haz desecho la vida

— ¿Con que final le vas a pagar a tu protagonista? — Bruno toco tu mejilla y guío tu cara par que lo miraras a los ojos — A mi

— Con el mejor — besaste sus labios y lo tomaste de la mano — Vámonos

Corrieron juntos hacia la salida, nadie hizo nada por detenerlos.

— ¿A dónde iremos? — Bruno paro la huída

— Vamos a mi casa, necesito algunas cosas y después a dónde sea, te seguiré hasta el fin del mundo si es necesario

Las ratitas asomaron su cabeza entre la ruana.

— También necesito ir a mi casa por algunas cosas pero primero vayamos a la tuya — Sonrió y corrieron hacia tu casa pues cada minuto era de suma importancia

Llegaste y entraste corriendo a tu habitación junto con Bruno, tomaste una bolsa que llenaste con cosas que creíste indispensables, los regalos de tu abuela y hermana sobre todo. Justo ante los ojos de
Bruno te quitaste el vestido de novia haciendo que el se sonrojara y te colocaste un vestido sencillo que te permitiría correr con libertad.

— Listo — Sonreiste

Bruno asintió y comenzaron camino hacia la casa Madrigal.

— Tío — Mirabel se encontraba en la puerta

— Mirabel ¿Están aquí? — Bruno miro con temor

— No, yo me adelante porque imaginé que vendrían aquí, tomen lo que necesiten y vayanse cuanto antes — Entrego una mochila grande donde caberia todo lo que necesitaban llevar — Me prepare para esto
— Mirabel sonrió

Ambos asintieron y corrieron hacia la torre, una vez ahí Bruno comenzó a guardar cosas que sabía que iba a necesitar, Renata, Gilberto, Marisol, y Laura ayudaban a meter algunas visiones que Bruno les pidió. Pero el tiempo se les había acabado.

— Mirabel — Se escucharon rayos

— ¿Que pasa?

— ¿Están aquí?

— No tía Pepa

— Eso es lo que espero — Se dirigió a la cocina aunque la lluvia se ya caía con fuerza por todo el pueblo Bruno tomo tu mano y miro hacia afuera tratando de que nadie los descubriera entonces te guío hacia el cuadro en la pared, abrió y
entraron

— ¿Que es esto? — Pasabas por los pasillos estrechos

— Mi antiguo escondite, aún lo conserve con la reconstrucción de la casa

— ¿Que hacemos aquí?

— Nos quedaremos aquí hasta que todos se duerman y después nos iremos — Te tomo de los hombros

— Está bien — Lo abrazaste con fuerza

— Teniendote aquí siento que podré ser feliz ahora sí sin importar nada

— Seremos felices, gracias por tener la valentía que yo no

— Te amo tanto que lo haría una y otra vez y además fue Hernando quien entró primero — Beso tus labios

— Gracias entonces a Hernando por llevarte, ¿Y si vemos hacia el futuro? — Lo miraste a los ojos

— Si, ya no hay que temer nunca más, se que sin importar lo que veamos nosotros podemos modificarlo para estar bien y ser felices

Tiró arena y de preparo todo a tu lado para mirar hacia el futuro. Tomaste sus manos y las imágenes aparecieron frente a ustedes.
A diferencia de unas horas antes ahora había un futuro prometedor frente a ti viste una boda feliz llena de amor, una vez más ese lugar desconocido donde te veías ahora a lado de Bruno feliz después a el besando tu vientre abultado lo que significaba que en un futuro no muy lejano serían padres. Al terminar lo besaste como nunca antes.

Dolores ya le había contado a Mirabel todo lo que escucho de ustedes ambas estaban de acuerdo en que no dirían nada y dejarían que el caos reinará pues todo lo habían provocado ambas familias con sus
actitudes erróneas.