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—Todo empezó cuando yo tenía unos 15 años, aún estaba aprendiendo a manifestar mi poder por lo que yo era algo explosivo, lo admito creo que gran parte de la culpa fue mia. Itachi era conocido por ser un pródigo y estaba en las líneas de Anbu, nuestros roces comenzaron cuando el Tercero mando a investigarme y ¿Quién crees que era el encargado de dicha tarea?
—Itachi.
—Correcto, bueno la cuestión es que yo me di cuenta, a partir de ello hubo confrontación tras confrontación, yo tenía prohibido mostrar mis ojos, no podía mostrarlos hasta que yo los dominará por completo, pero como te digo en ese momento yo era bastante irresponsable. Un día lo inevitable sucedido y por una vez decidí enfrentarlo. Dicho suceso no salió nada bien y casi lo mato con mi técnica, de no ser por su otro amigo Uchiha el cual no recuerdo su nombre, quien vino en su rescate, de ahí ambos clanes tanto el Uchiha y el Ma se distanciaron, un año después cómo sabrás fueron masacrados.
—¿Así que eras temperamental?
—No es algo de lo que esté orgulloso, era un adolescente y no me gustaba ser responsable.
—Corrección, hasta la fecha no te gusta ser responsable.
—...
—Porqué tengo entendido que tú mismo te propusiste encargarte de él, por qué vamos no soy estúpida, sabías desde antes que él estaba aquí.
—Comprendeme Maki, el simple hecho de que él y yo nos enfrentemos significa destrucción masiva y con masiva me refiero a muchas pérdidas.
—Bien ya entendí, no hagas una rabieta en la calle.
—¿Entonces el tema está terminado?
—Si, por ahora lo está.
—¡Qué bueno!, ¿Ahora qué tal si vamos y compramos comida chatarra y vemos películas de bajo presupuesto para burlarnos de ellas y sus tramas?
—De todos modos no puedo decirte que no así que vamos.
—¡Yeih!
(...)
Varios días después.
El quinto Hokage ya había llegado a la aldea de la Hoja, dicha persona era Tsunade Senju, una de los legendarios Sannin y una médico prodigio, por supuesto la mayoría de las personas en la aldea no sabían que detrás de todo ese poder e inteligencia se escondía una ebria empedernida adicta a las apuestas.
Pero su llegada era una esperanza para Lee y su recuperación, él había quedado bastante mal y gracias a eso no podía ejercer ninguna clase de entrenamiento brusco.
Maki lo visitaba de vez en cuando para darle animos, ambos pasaban el rato y no paso mucho tiempo para que el se auto nombrará su mejor amigo y rival. A Maki no le molestó y recibió su amistad con mucho gusto.
