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-¿Entiendes lo que estás haciendo, pequeña maldita?

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-¿Entiendes lo que estás haciendo, pequeña maldita?.

-Estoy consciente que estoy jugando con fuerzas superiores a mi.

-Con estos serían 15 en total, ¿Qué te hace confiar tanto en mi?, podría escapar con mi contenedor y ser una amenaza en potencia. Me lo pones tan fácil que se torna absurdo.

-Escúchame bien, sólo tienes una sola misión, una. No me dejes morir.

-¿Hmm?, eso no es divertido, supuse que me harias pelear como uno más de tus obreros.

-No, no pelearas, no matarás y no enfrentaras directamente a quien esta detras de toda mierda absurda. Tu solo estas para mantenerme a salvo, yo me ocuparé del resto.

-¿Y qué pasa con toda esa fuerza que te proporcione?. Yo mismo la incube en ti para que creciera de manera paulatina, en este mismo momento eres el triple de fuerte que tu padre y sigue en aumento.

-Lo se, ahora soy más fuerte, puedo sentirlo, pero no puedo confiarme solo por un aumento en fuerza o en confianza, jamás me he caracterizado por ser alguien confianzuda o por dejarme cegar con poder.

-¡Ahg! eres una pedante, pero supongo que no tengo elección en esto. 

-No, no la tienes, ni si quiera tienes derechos humanos.

-Por qué no soy humano, tonta.

-Hmp.

(...)

Miraba melancólico el álbum de fotos de su familia, su pequeña Maki en todas las etapas de su vida, su vida entera. Tora veía las fotos como mero recordatorio de que la única razón por la cual seguía vivo, era por su hija y esposa. La vida no tenía valor alguno cuando estaba solo, nada le importaba, no le importaba la cantidad de Shinobis que mataba en sus misiones, no importaba cuan sanguinario podía ser, porque la vida no tenía valor para el. 

Los ojos de Maki tienen ese brillo de inocencia que le hacen levantarse todos los días, desafortunadamente para él, aquel destello que su hija poseía se fue extinguiendo mientras fue creciendo.

Le quitaron su corazón.

Se culpaba así mismo por extinguir su inocencia, forzándola a ser fuerte para sobrevivir en ese despiadado Clan, ahora su Maki no tenía remordimiento alguno por matar o por conseguir quien la siguiera con los métodos más cuestionables, pero ella no era mala, no era mala por que a pesar de ser alguien sanguinaria como él, cuidaba de todos, cuidaba principalmente de los niños, los trataba con tanto cariño que era irreal que ella hiciera algo como eso, después de todo en algún momento ella tenía todo en contra y tenía todos los motivos para odiarlos y eliminarlos si así lo quisiera. 

-Mi hija es perfecta.

Soltó al aire tal afirmación, afirmación que iba dirigida al Universo para que lo escuchara y le confirmara que, en efecto ella era perfecta.

『𝐆𝐫𝐚𝐧𝐝𝐢𝐨𝐬𝐞』ᴜᴄʜɪʜᴀ ꜱᴀꜱᴜᴋᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora