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No recuerdo todo a la perfección, pero si como me arrastraban y me llevaban a un bote para ya no volver a mi hogar. Veo también a otras señoritas al igual que yo y eso no me hace sentir tan mal. Todas aquí somos muy jóvenes sin apenas saber lo que es vivir o puede que sea mi caso.

—¿Dónde vamos? —pregunte a uno de los bárbaros.

Esté solo se dió la vuelta y hablo —Al centro del mundo.

No estaba muy conforme con lo dicho, sólo me quedé en mi mente y en mis recuerdos, haciendo lo posible para no soltarlos. Pronto empezé a sentir el dolor en mis muñecas era horrible, estaba sucia y triste. Cuando llegamos a tierra fuimos bajadas.

Nos llevaron a una lugar un poco alto y nos empezaron a ofrecer como si de un objeto se tratase, fui subida con otra señoritas y ví a un hombre bien vestido ofrecer por nosotras.

Nos habían comprado, el mismo hombre nos llevó como tal mascota, a lo lejos ví un hermoso palacio ingresamos y me dedique a observar con admiración, una mujer apareció y nos empezó a ordenar una al lado de la otra.

— ¡Atención Valide Ayşe Hafsa Sultán! —todas bajaron la cabeza, e imite lo que hicieron. Una mujer con porte de elegancia y poder camina a paso detenido observando a cada una, y llega hasta mi, hace una seña con la cabeza y se va. La mujer que nos ordenó me lleva a un lugar con una cama.

—Revísela quiero saber si es pura para él Sultán —lo dicho me causa nervios y tristeza, no quiero esto.

—Vamos que esperas —la mujer que me trajo me habla con impaciencia, así lo hago veo a la mujer poner una tela y está hace algo que me provoca dolor, sin poder evitarlo suelto un sollozo.

—Es pura —es lo único que dice, otra vez me llevan a otro lugar esta vez es para poder estar limpia, varias señoritas me vienen a ayudar para poder estar limpia desconfio de ellas.

—Es pura —es lo único que dice, otra vez me llevan a otro lugar esta vez es para poder estar limpia, varias señoritas me vienen a ayudar para poder estar limpia desconfio de ellas

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Creo que pasan horas y horas mientras me limpian, una vez eso termina fui peinada y vestida con un hermoso vestido. Tal vez si otros fueran los hechos estaría muy feliz.

La misma mujer que me llevo viene hasta mi —Ahora eres propiedad del sultán.

Y es ahora que me doy cuenta que no hay vuelta atrás, ahora esté debe ser mi inicio de mi nueva vida.

𝓜𝓪𝓭𝓻𝓮 𝓢𝓾𝓵𝓽𝓪𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora