⁰⁰³ | Favorita.

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Ana

Ya tenías varias semanas de cuidar de los hijos del sultán, y si me había acercado a él sultán. Estaba por ir a descansar a mi cama hasta que entró Sümbül Ağa con prisa.

—¡Señorita firial! ¡señorita firial! —ella venía dónde él, con un rostro enojado.

—Él sultán pidió... pidió ver a Ana —algunas de las otras criadas que estaba por ahí se sorprendieron—preparenla ¡ya!

La señorita firial vino rápido conmigo, —Lo conseguiste Ana —me saco uno de los vestidos que me obsequio la madre Sultana.

Otra vez caminaba con preocupación, cuendo entró a la habitación me inclino —Entra Ana —voy a paso lento él sultán está sonriente

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Otra vez caminaba con preocupación, cuendo entró a la habitación me inclino —Entra Ana —voy a paso lento él sultán está sonriente.

—Hoy Allah me iluminó, y vino a mi el nombre de Adelet —lo mire confundida.

—¿Adelet?

Él río —Ahora ese es tu nombre, Adelet.

Me quedé un momento pensando —Es bonito.

Él tomó mis mejillas y me beso, cerré mis ojos y me deje llevar por el momento, ¿era tan fácil sentir estás sensaciones raras?

Se alejo un poco y hablo —Significa justicia, yo se que harás justicia.

Sonreí y el Sultán volvió a besarme, ahora me faltaba poco para llegar a ser lo que quería.

Se separó de mi —Mi bella Adelet, gracias por cuidar de mis hijos.

Y a mi mente llegaron los niños, a lo cuales amo como míos —No agradezca sultán, yo lo amo y los cuidó y protejo de todo mal que quieran hacerle a sus hijos.

Y a mi mente llegaron los niños, a lo cuales amo como míos —No agradezca sultán, yo lo amo y los cuidó y protejo de todo mal que quieran hacerle a sus hijos

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Cuando entré al harén, todas las mujeres me miraban y ví como subían mis cosas arriba —¿Dónde llevan mis cosas?

Sümbül Ağa me miró —Las llevan arriba, porque ahí es el lugar de las favoritas y en este caso la única favorita eres tú.

Sonreí y mientras miraba mi mano viendo el hermoso anillo que me dió el sultán, levanté mi vista y la Sultana Mahidevran me miraba con odio. Se acercó a mi y me dió una cachetada que me dejó en el suelo.

—¡Ese anillo es mío! —cuando pensé que se me iba a golpear alguien la sujeto, era el sultán.

—No voy a permitir este tipo de comportamiento Mahidevran —la soltó bruscamente y me ayudó a levantarme.

—¡Sümbül Ağa! quiero que desocupen la habitación de la Sultana Mahidevran, y lleven las cosas de la Sultana Adelet ahí.

Sümbül me miró y sonrió —Como usted ordene.

Mahidevran parecía querer morir, —Con su permiso sultán, debo ir con los príncipes.

Me miró y su enojo desapareció —Ve.

Salí de ahí y llegué a la habitación de Selim y bayaceto, agarré al pequeño bayaceto para hacerlo dormir y lloré por lo que paso, no lloró por el golpe sino porque sabía que la única persona que me defendió fue el sultán.

Tendría que ser cuidadosa, dejé a bayaceto en su cuna y limpie mis lágrimas, al momento de escuchar que entraban Mehmed y Mihrimah.

—¿Por que lloras? —pregunta Mehmed con la cabeza cabizbaja.

—No estaba llorando, vengan aquí —ambos se acercan a abrazarme, y beso la frente de cada uno.

—Saben mi nombre ya no es Ana, es Adelet, Sultana Adelet.

Mihrimah me abraza más —Ahora eres una Sultana, ya no podrán tratarte mal.

Sonrió pero me doy cuenta que Mehmed no me mira, —¿Qué pasa Mehmed?

—Mustafa lo golpeó mamá, por eso no quiere mirarte —abro los ojos sorprendida y levanto su mentón viendo su ojo morado.

Jadeo sorprendida, y me aparto de ambos para ir por algo de carne cruda, pero Mehmed habla —Me defendí, porque el dijo que yo no tenía madre y que murió porque era una víbora, y le dije que si tenía una madre y eras tú, y que la víbora era su madre.

𝓜𝓪𝓭𝓻𝓮 𝓢𝓾𝓵𝓽𝓪𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora