⁰⁰⁴| Madre

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Narrador omnisciente

Adelet sabía bien lo que hacía Mahidevran, quería poner a sus hijos en contra de ella. Y le molestaba pero en este momento estaba preocupada por Mehmed, estaba durmiendo había llamado al médico le había dado una infusión para el dolor, acarició su cabello y vio el golpe.

—Prometo que esto no volverá a pasarte —y con eso su plan iniciaba, primero debía ir por lo más fuerte para después ir por lo débil.

Empezando por el pasha, el marido de la sultana Hatice, luego ella y después la Madre Sultana, Mahidevran vivirá solo para poder estrujarle en la cara sus logros.

Iba a seguir con su plan pero la madre Sultana entró sin ser anunciada, y detrás venía Hatice.

—La criada nos informó, no se cómo Mahidevran ocasionó esto —se inclino y miro a la Sultana Hatice para hacer lo mismo.

—Sultana Hatice, que bueno que esté aquí, Mehmed quería verla —ella le sonríe mientras le dio una mirada a la Madre Sultana.

—Me informaron que el Sultán te nombró una Sultana Adelet —la miro con una sonrisa.

—Así es, pero no significa nada para mí, el poder no me importa, solo quiero a los hijos de nuestro sultán sanos —ambas mujeres se miraron complacidas al ver la actitud de Adelet.

—Sultanas, debo de ir con los príncipes —ambas sonrieron.

—Ve, no dejes solos tanto tiempo a los hijos de nuestro sultán —y sin más Adelet se retiró, fue con prisa a la habitación del Sultán.

Le contaría todo, en el trayecto fue preparando sus lágrimas para conmover al sultán.

Entro y pensó que se encontraría con el Sultán, pero en cambio Ibrahim pasha estaba ahí.

—Sultana, pasa algo.

Él hombre la miraba, observando todo de ella.

—Sí, pero no está él sultán debo retirarme —antes de que siquiera pudiera hacerlo, él pasha habló.

—No se preocupe, cualquier inquietud que tenga o problema también me lo puede decir a mi.

Ella lo pensó bien y dejo escapar algunas lágrimas —La Sultana Mahidevran... lleno la cabeza del Şehzade Mustafa de cosas horribles y eso termino en una pelea con el Şehzade Mehmed.

Adelet observó como Ibrahim permanecía inmóvil, cuando volteó vio al sultán, no dudo y fue a abrazarlo y esté la estrechó en sus brazos.

—Ibrahim quiero que la Sultana Mahidevran sea llevada al antiguo palacio.

Agachó su cabeza y sin más se fue.
Mahidevran ya estaba fuera de su camino, ahora podía tener más tranquilidad.

Mahidevran ya estaba fuera de su camino, ahora podía tener más tranquilidad

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2 meses después.

Adelet se encargó también de Mustafa, cuidando de todos los hijos del Sultán, estaba algo triste casi no lo veía, las guerras les arrebataba tiempo.

Pero cuando informaron que él había llegado, fue con mucha emoción a verlo cuando estaba por llegar escucho lo que decía una de las nuevas criadas —Tal vez el Sultán me elija, y yo me convierta en Sultana.

Eso solo significaba algo el Sultán estaba con el harén, se alejo pero no fue conciente de que Suleiman la había visto, y cuando escucho que él la llamo paro. Se trago todo el dolor y se dió la vuelta —Adelet, mi bella Adelet.

Él hombre quiso besarla pero ella se aparto, esto solo lo dejo confundido —¿Usted me llevaría de vuelta a mi hogar?

La pregunta lo enojó, ¿para que quería volver? cuando aquí ya tenía todo —No, ahora perteneces aquí ese lugar ya no es más tu hogar.

Eso solo la dejo, más dolida. En el fondo aún una parte de Ana seguía con ella quería volver con sus padres y decirles que estaba bien, y que no se preocuparán.

Dejo de suprimir sus lágrimas y Suleiman no supo que hacer, más que reaccionar de mala manera.

—Vuelve a tu habitación —ella se iba dispuesta sin llevarle la contraria, ya no quería ocasionar otra mala reacción —tienes prohibido acercarte a mis hijos.

Eso la devastó, y se fue para dejarla ahí. Tan pronto como llego a su cama lloró, no quería estar lejos de ellos. Eso sí que no lo soportaría, ya no poder recibir abrazos de Mihrimah y Mehmed, y que Selim no jugará con su cabello, Bayaceto solo sintiéndose cómodo con ella. No lo soportaría.

Y así era como pasaron los días, en tristeza, no tanto por él Sultan si no por sus hijos.

Toda comida que entraba era rechazada, no quería comer solo bastaba con beber algo de agua.

Sentía que perdía fuerzas, intento levantarse cuando sentía que todo se volvía más liviano pero sin esperarlo calló en el suelo, fue suerte o el destino de que Mihrimah fuera a ver su madre, a escondidas porque lo primero que vio al abrirse las puertas fue a su madre tirada en el piso. Eso la hizo gritar tan fuerte, que casi todo el palacio pudo escuchar. «casi como un deja vu»

Pronto por todo el palacio se esparció de que la Sultana Adelet estaba en un estado grave, llego hasta los oídos del Sultán que con prisa fue a verla,

Cuando entró a la habitación, la médica habló —Sultan, ella está bien y él bebé también Allah nos ayudo a qué ambos estén sanos.

La palabra lo dejo sin respirar, la trató tan mal y ella cargando un hijo de él.



𝓜𝓪𝓭𝓻𝓮 𝓢𝓾𝓵𝓽𝓪𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora