𝗞𝗶𝗻'𝗶𝗿𝗼 ━━━━━━ ❝ Let me know if I can try to be somebody for you ❞
¿Qué se supone que haces cuando has perdido aquello por lo que luchaste por años? ¿Cómo se supone que debes mantenerte de pie? ¿Cómo debías mirar a la cara a las personas despu...
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2 de Junio 2018, Rostov del Don, Rusia.
Los jadeos salen de sus labios, corre por la cancha, se siente libre, se siente como el rey, los aficionados corean su nombre, ¿Cómo no iban a hacerlo?
Ese año Japón había sorprendido, de alguna manera, con la integración de Shinichiro Geto en la segunda mitad del partido contra Bélgica, todo comenzó a tener ritmo, minuto 48 Genki Haraguchi anota el primer el gol, los aficionados de la tierra del sol naciente claman su nombre, minuto 52 Takashi Inui anota el segundo, los gritos resuenan por el estadio, los 22 jugadores en el campo mantienen la concentración, la adrenalina bombea por su sangre.
Cada uno de ellos quiere la victoria.
En el minuto 69, por fin, Bélgica puede celebrar. Jan Vertonghen ha anotado. Shinichiro jadea, escucha la celebración de los aficionados, pero no comparte su emoción. Han pasado 69 minutos y aún no toca el balón. Ha deseado tanto estar en esa cancha, jugar en la selección japonesa, tener la oportunidad de jugar en un mundial y aún no ha hecho nada. Se siente inútil. Frustrado ante la idea de no poder demostrar que es el mejor.
Minuto 74, los gritos vuelven a escucharse, pero no son los gritos de los japoneses. Marouane Fellaini, centrocampista del equipo belga, anota otro. El marcador marca el empate.
Los minutos pasan lentos, y los 90 minutos se cumplen.
Pasan a tiempo extra, 4 minutos se agregan al marcador, cuatro minutos en los que el juego se convierte en guerra, una guerra llena de ansiedad y presión.
Minuto 90+3 Nacer Chadli tiene el balón, se prepara para patear. De él depende que la selección belga pase a cuartos, se prepara para patear, los aficionados gritan, pero lo único que puede hacer es patear el aire.
La risa infantil llega a sus oídos, rápido e intrépido, un jugador que a un lado de sus 187 centímetros es un enano se desliza entre los jugadores, juega con el balón, salta y esquiva con él, sus fintas son increíbles, no pueden quitarle el balón, los segundos pasan, el tiempo se agota, sus compañeros gritan su nombre, exigen un pase.
Pero Shinichiro Geto no está dispuesto a hacerlo.
Hay una oportunidad de llevar a Japón más lejos de lo que han llegado en años; su egoísmo exige que griten su nombre, que lo aclamen, solo a él y a nadie más.
Sonríe, extasiado por la adrenalina, por un sueño que se está cumpliendo, una promesa que no se olvidará en el aire se está llevando a cabo, patea, el balón gira, el público grita, algunos lloran, otros ríen, Shinichiro solo puede caer de rodillas, sintiendo su corazón golpear sus costillas con tanta fuerza que teme se rompan.
Su equipo se arroja sobre él.
Los hinchas gritan su nombre.
A 7851.6 kilómetros de Rostov del Don, Rusia, un hombre grita: no le interesa el fútbol, no le parece divertido ni encuentra entretenimiento en él. Grita por el chico que llora mientras ríe en los brazos de sus compañeros, grita por el orgullo que se hincha en su pecho.
A 7851.6 kilómetros de Tokio, Japón, un chico llora, un paso más cerca de tener la copa, un paso más cerca de cumplir una promesa.
Una parte de él se siente aliviado, lo ha hecho, ha dado todo de sí, justo como su hermano le pidió hacer. Por un momento voltea hacia el palco, ahí las familias de sus compañeros se abrazan entre ellas, pero no está la suya.
Su hermano se ha ido, y ha alejado a lo único que le queda producto del dolor, se obliga asimismo a concentrarse en las felicitaciones, saluda a sus rivales y les dice lo bien que lo ha hecho, se quita el jersey azul quedando únicamente con una playera de compresión de manga larga negra para extenderla a Nacer Chadli el hombre le sonríe para palmear su espalda y también entregarle su jersey roja, a diferencia de él, Nacer se mantiene con el torso desnudo.
—Lo hiciste bien —el belga dice en un inglés que Shinichiro apenas puede entender, y con la misma dificultad repite las palabras.
Suspira antes de entrar por los túneles hacia los vestidores, la vida parece estar de su lado después de un buen tiempo.
Shinichiro sabe que no durara por mucho tiempo.
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Ansiedad
Depresión
Disforia de genero
Asesinato
Diferencia de edad entre protagonistas
Escenas sexuales explicitas
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A pesar de los trigger warning Golden Eyes no busca ser una historia catalogada como "fuerte" pero tomando en cuenta el contexto del mundo en el que se ve ambientado JJK no todo podrá mantenerse color de rosa y se tratará de mantener una amplia gama de colores dentro de la historia, pasando de momentos soft a momentos fuertes y oscuros o tranquilos y serenos.