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POV . JIMIN
Mis ojos estaban fijos en aquella taza de té sobre la mesa, hacía ya mucho rato que el vaho caliente había dejado de salir, seguro ya se encontraba completamente helado, ¿realmente porque lo había hecho?, ni un sorbo le había dado ya que odiaba el té. Soltando un fuerte suspiro me deje caer un poco más sobre la silla acolchada, eran pasadas las dos de la mañana, y allí me encontraba, en el comedor de la casa de YoonGi, completamente solo, escuchando como la lluvia caía, con un sinfín de pensamientos revueltos en mi cabeza.
YoJin no estaba en casa, decidió pasar la noche Selene y Baesuk, pues HeeJin y Hyorin le habían prometido una noche de películas, hasta habían invitado a dos de los amigos de YoJin, pues al enterarse que él estaba aquí Selene insistió en distraerle de toda la tensión del momento. JiHoon estaba con Yibo, y aunque aquello aun no era del todo de mi agrado termine comprendiendo que mi hermano ya no era un niño, que Yibo era su Yuanfen y debía respetar aquel lazo.
Sabia de primera mano que un lazo lastimado era algo perjudicial física y emocionalmente. La decisión de marcharme de regreso a Corea aún se estaba planteando, aunque era el único que pensaba que era lo mejor, pues nadie estaba de acuerdo, aunque respetasen mi decisión.
Un aullido se escuchó fuera de la casa, sonreí al saber que se trataba de Hyung, pues le había tocado hacer recorrido esta noche, seguro SoYeon ya le había suplantado pues estaba solo en casa y aquello no era algo bueno, escuche la puerta de entrada ser abierta y no dude en colocarme de pie e ir hasta allí. Por un instante pensé que era una muy mala idea, pues al llegar estaba Min completamente desnudo de pie en la entrada, sacudiendo su cabello para sacar el exceso de agua en él. Había olvidado lo desvergonzado que era este sujeto.
- Me extraño ver aun las luces encendidas, pensé que te habías quedado dormido ya.
- No tenía nada de sueño.
Aclare mi garganta y desvié la mirada de su cuerpo... De su muy bien formado cuerpo, antes de que mi vista se desviara más allá de su abdomen. Él me sonrió y camino por el lugar luego de cerrar la puerta, dándome un rápido beso en los labios.
- Bien, si quieres deja que me coloque algo y bajo contigo de regreso – Asentí a aquello, de verdad necesitaba que se colocara algo de ropa, aunque el agua ya comenzaba a secarse de su cuerpo y su metabolismo era fuerte, aun así un mini resfriado podría coger... ¿Cierto?
