Después de los acontecimientos de la Montaña Natagumo nuestro frentón Tanjiro Kamado de 15 años y Nezuko una chica demonio de 13 años fueron juzgados por los pilares al culminar nadie se quiso hacer cargo de Tanjiro y Nezuko su hermana menor que fu...
Era un día soleado, uno de esos que cualquiera describiría como tranquilo y hermoso. Sin embargo, no estamos aquí para hablar del clima, sino de un joven cazador de demonios: Tanjiro Kamado. Recientemente, sus acciones fueron juzgadas, consideradas contrarias a las estrictas reglas del Cuerpo de Cazadores de Demonios.
Tanjiro estaba siendo trasladado a la Finca Mariposa, el hogar del Pilar del Insecto, Shinobu Kocho. Ella había sido la única entre los Pilares en aceptar brindarle refugio. Al llegar, para su sorpresa, no hubo nadie esperándolos en la entrada. Decidieron seguir adelante y adentrarse en la finca.
Una vez dentro, se encontraron con Kanao Tsuyuri, la hermana adoptiva y discípula de Shinobu. Al verla, los recuerdos de la Selección Final inundaron la mente de Tanjiro; la reconocía de aquel día, cuando ambos habían sido puestos a prueba
Tanjiro:
Los Kakushi intentaban hablar con una chica que tenía una sonrisa... algo inquietante. No respondía a lo que decían, solo nos observaba con una mirada fija que me ponía nervioso. De repente, otra voz nos interrumpió desde atrás, haciéndonos saltar a los tres. Una chica comenzó a gritar, exigiendo saber por qué estábamos en la finca.
Los dos Kakushi, aún un poco sorprendidos, le explicaron que la Pilar del Insecto, Shinobu Kocho, me había enviado aquí para tratar las heridas que sufrí durante los eventos en la Montaña Natagumo. Tras escuchar la explicación, la chica de ojos azulados nos guio hacia el interior de la finca.
A medida que avanzábamos, noté la calma del lugar. El olor a hierbas medicinales y flores inundaba el aire. Me sentía nervioso, pero también agradecido por estar en un lugar seguro. Al llegar a la zona donde me iba a quedar para sanar, la chica abrió la puerta, y para mi sorpresa, me encontré con Zenitsu.
Ahí estaba, uno de mis compañeros de la Montaña Natagumo. Zenitsu, con su cabello amarillo brillante, parecía igual de asustadizo que siempre. Desde que lo conocí, había mostrado una extraña desesperación por casarse y, además, estaba obsesionado con mi hermana. Ahora lo veía, tumbado en una cama, llorando y gritando a causa de las medicinas que tenía que tomar.
La chica de ojos azulados, visiblemente frustrada, le gritaba que se calmara, aunque parecía no tener mucho éxito. No pude evitar sentir un poco de vergüenza ajena al verlo hacer semejante escándalo. Zenitsu siempre había sido así, pero verlo en este estado me hizo suspirar. Al menos, ambos estábamos a salvo...
por ahora.
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Zenitsu:
¡Tengo miedo! No sé cómo no morí en esa maldita montaña. Cada vez que lo pienso, me tiemblan las piernas. Y ahora, estoy atrapado aquí, rodeado de medicinas horribles que saben peor que morir, y encima esa chica no deja de gritarme. ¡Me grita todo el tiempo! ¡No puedo más! Estoy temblando, mi corazón late a mil por hora... ¡tengo muchísimo miedo!