Amor Bajo El Sol (Tanjiro x Shinobu)

Capitulo 19: La Ira del Rey Demonio

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UNA NOCHE ANTES DEL MATRIMONIO

La noche en la mansión Ubuyashiki era silenciosa, apenas rota por el crujido ocasional de la madera y el suave sonido del viento que soplaba entre los árboles del jardín. El cielo estaba despejado, con la luna iluminando la tierra con un brillo suave y triste. Adentro, en una habitación grande pero modesta, el Pilar de la Roca, Gyomei Himejima, se encontraba de pie al lado del lecho del patrón Kagaya Ubuyashiki. 

El Maestro estaba inmóvil, su rostro pálido y consumido por la enfermedad, pero su presencia seguía siendo fuerte, casi palpable, a pesar de su fragilidad.

Gyomei, siempre el hombre más grande y fuerte entre los cazadores, lloraba en silencio, como era su costumbre. Cada lágrima que caía al suelo parecía resonar en el aire tranquilo, una expresión de su profundo respeto y cariño hacia Kagaya. El patrón había sido más que un líder para él, había sido un faro de esperanza y bondad, una guía en los momentos más oscuros para todos.

Ubuyashiki: Gyomei...

La voz suave pero firme del patrón rompió el silencio de la habitación. Aunque su cuerpo estaba debilitado, su mente seguía aguda. Su tono era gentil, casi paternal, mientras hablaba con el Pilar de la Roca, como un padre que aconseja a un hijo antes de su partida.

Gyomei: Patrón

respondió Gyomei con su voz grave, inclinando ligeramente la cabeza para mostrar respeto. Sabía lo que venía, lo que Kagaya iba a decirle, y el peso de la anticipación hacía que sus manos temblaran ligeramente, un gesto casi imperceptible en su masiva figura.

Ubuyashiki: He pedido que estés aquí esta noche... porque sé que mi tiempo se está agotando 

Kagaya hizo una pausa, su respiración dificultosa. La enfermedad lo había consumido rápidamente en los últimos meses, y ahora estaba claro que no sobreviviría mucho. 

Ubuyashiki: No creo que pase de la noche del día siguiente, Gyomei.

Gyomei apretó su gran mano contra las cuentas de oración que siempre llevaba consigo, y bajó la cabeza, incapaz de hablar. Las lágrimas fluían con más fuerza, pero él no hacía ningún esfuerzo por detenerlas. Sabía que no servía de nada resistirse al dolor que sentía en su corazón.

Ubuyashiki: Te llamé antes de la boda... porque hay algo que debo confiarte.

Kagaya continuó con una serenidad que casi desconcertaba a Gyomei. ¿Cómo podía estar tan calmado ante su propia muerte inminente? 

Ubuyashiki: mañana enviare a mi hijo, Kiriya, y a mis hijas en representación mía y de mi esposa... Ellos estarán a salvo, lejos de aquí, al igual que todos los pilares.

Gyomei levantó la levemente la cabeza, aún llorando. 

Gyomei: Patrón, por favor... No hable así. Aún hay esperanza. No debemos perderla.