El ascenso de los Drakens

Cumpleaños Parto

Notas:

N/A: Advertencia del capítulo: Representaciones gráficas de autolesiones debido a una cesárea.

Ultima vez

Harry pudo respirar. Capaz de sentarse y relajarse. Él lo había hecho. Había logrado ver en el primer cumpleaños de sus gemelas, y ahora podía ir a anidar sin sentir culpa o incomodidad. Su Dracken estaba en calma y él mismo se sintió dormido en una siesta. Podía ir a anidar, pero realmente no tenía ganas, y en este momento solo quería descansar y disfrutar del éxito de un día perfectamente planeado. Lo habían hecho bien, muy bien y él estaba feliz.

(Consulte el final del capítulo para ).

Texto del capítulo

Capítulo Ciento Veintidós – Cumpleaños Nacimiento

Draco fue la primera persona en despertarse el diecinueve de enero, el día después del cumpleaños de Eva y Ave. Se acostó en la cama durante varios minutos, despertándose lentamente, antes de mirar el reloj de bolsillo que tenía en la mesita de noche. Ya eran las ocho de la mañana y sus hijos estarían ansiosos por desayunar. Draco podía manejar cereales para bebés, gachas de avena o yogur y fruta, ciertamente no estaba al nivel de Max, pero tampoco era tan malo como Nasta, quien lo intentó y lo intentó, y simplemente no pudo captar la habilidad de cocinar, era era uno de sus únicos defectos.

Se obligó a levantarse y culpó a sus ojos llorosos ya que todavía se sentía medio dormido por el hecho de que no se dio cuenta de inmediato de que Harry no estaba en la cama. Entró al baño y se tomó un minuto extra para echarse un poco de agua en la cara para despertarse un poco más.

Era el tipo de día en el que quería quedarse en pijama, al menos por unas horas más, y consideró que sería mejor quitarse el desayuno antes de cambiarse de todos modos, los niños siempre estaban desordenados, y aunque enseñaron modales en la mesa, tampoco gritaron ni se enfurecieron cuando los niños hicieron algún desorden. Draco había aprendido a aceptarlo, especialmente después de los libros que Harry le había mostrado que decían que cuanto más desordenados estaban los niños a la hora de comer, mejor desarrollaban sus habilidades motoras finas y que cuanto peor reaccionaban ellos, los padres, ante cierto comportamiento, más probablemente los niños iban a repetirlo. Así que había aprendido a reírse de ciertas cosas, como Calix mojando tiras de pollo en su bebida, o Eva terminando su tazón de salsa boloñesa sobre su cabeza.

Notó cuando volvió a entrar en la habitación que había un espacio entre la espalda de Max y la almohada para el cuerpo, el lugar habitual de Harry en la cama, y ​​se dio cuenta de que Harry ya no estaba en la cama. Frunció el ceño, pero consideró que tal vez Harry se había despertado justo después de él y había ido al baño al final del pasillo, o había bajado las escaleras. Si quería un bocado, a veces iba a buscarlo él mismo. Era más probable en estos días que despertara a Nasta, pero siendo de mañana podría haber bajado fácilmente solo.

Draco fue a recoger a los niños, quienes estaban todos despiertos y jugando en sus guarderías. Incluso Leolin estaba despierto, y miraba el móvil de su bebé con fascinación embelesada, o lo había estado hasta que Draco lo recogió.

"Papá". El se quejó.

"Tu pelota iluminada está abajo, ¿qué tal si llenamos tu barriga con leche tibia y luego puedes tener tu pelota, sí?" Le preguntó al Hada, incluso sabiendo que Leolin no podía entenderlo, mientras lo llevaba de vuelta al rellano.

"¡Bo da, papá!"

Por supuesto que era Braiden y Draco lo buscó entre la manada de niños.

"Aburrido, Braiden. Buenos días."