10

954 69 12
                                    

Jeonghan
 

Despierto totalmente adolorido.
 
Y no es por la lluvia.
 
Siempre he odiado los lunes, pero ayer fue la excepción... Ahora odio los martes, me duele todo.
 
—No creo que pueda ir, tiene la temperatura alta— escucho que dicen por teléfono — está enfermo, la lluvia de ayer, ya sabes.
 
Mi ex padrastro me está cubriendo, estoy muy agradecido porque no creo poder sentarme a tomar apuntes.
 
—Gracias por entender, lo llevaré mañana si es que puede levantarse— dice girando para verme y sonríe.
 
Engreído.
 
—Claro, hasta luego— se despide y termina la llamada.
 
Está parado junto a la puerta sosteniendo su teléfono, se acerca a mí y se echa a la cama conmigo.
 
Me hace girar para verlo y me da un beso en los labios.
 
—¿Cómo estás?— pregunta acariciando mi mejilla— ¿Te duele mucho?
 
—Algo— respondo apenado— gracias por ser mi cuartada.

—Ni lo menciones—dice tomando mi mano y la acaricia— me gustó mucho lo que hicimos.
 
No puedo estar más avergonzado.
 
—A mí también.
 
Suelta una risita y sale de la habitación.
 
—Déjame traerte algo para el dolor, recuéstate un rato.
 
Asiento y sale de la habitación.
 
Dios, Jeonghan, ¿Qué hiciste?
 
No me voy a mentir pensando que solo fue para seguir con mi mentirita, es obvio que después de todo si siento atracción por él.
 
Lo que no le esperaba es que me correspondiera.
 
¿Qué se supone que debo hacer ahora? Solo cogimos, ¿No? ¿Por qué tiene que ser tan complicado?
 
No le puedo hacer esto a mi mamá, bueno, ya no están cansados pero no se siente correcto.
 
No usamos condón.
 
¡¿Y sí estoy embarazado?!
 
Ay Jeonghan, gobiérnate, los hombres no se embarazan.
 
¡Puta madre en serio tengo que dejar de ser tan impulsivo!

Seungcheol
 

En serio lo hicimos, y está en mi cama recostado esperándome.
 
Se siente bien.
 
Sé que es atracción física solamente, pero así es como todo comienza.
 
¿Qué es lo que él quiere?
 
Ya estoy grande para niñerías, pero es verdad que él me hace sentir joven.
 
Tomo un par de pastillas y un vaso con agua y voy a la habitación, entro y noto que sigue recostado con una almohada en su cara.
 
—¿Qué haces?— pregunto dejando la medicina en la mesa de noche.
 
—Intento suicidarme, pero creo que tengo que usar otro método— dice quitando la almohada.
 
—Ja, ¿Por qué quieres morir?— cuestiono haciéndole una señal para que se siente.
 
Así lo hace pero deja escapar ciertos quejidos, les entrego las pastillas y se los pasa con el agua.
 
—Porque me duele todo— responde dejando el vaso en la mesita y volviendo a recostarse— ¿Mamá no se enojó?
 
—Para nada, dijo que tomaras el día si quieres, incluso puedes faltar mañana.
 
Asiente y empieza a jugar con sus manos.
 
—¿En serio te avergüenzas tomando en cuenta lo que hicimos anoche?— pregunto riendo y me hago un espacio para acostarme a su lado.
 
—Señor Choi, ¿Podría dejar de decirlo en voz alta? Así suena peor— pide dándose la vuelta.
 
—Deja ya las formalidades— ordeno pegándome a él, su espalda está contra mi pecho y mis manos van a su cintura— llámame Seungcheol.
 
—¿Incluso con mamá cerca?— pregunta en un susurro.
 
—Sí, con todos— afirmo dejando un beso en su cuello— ¿No te gustaría?
 
Asiente pero no dice nada, de verdad está avergonzado y me parece muy tierno.
 
—Seungcheol, ¿Puedo pedirte un favor?
 
—Claro.
 
—¿Puedes dejar de arrimarme tu pene? Estoy muy adolorido y no quiero tentaciones.
 

Jeonghan
 

—No Seokmin, así no es— repito frustrado por sexta ocasión— tienes que usar la fórmula correcta, ni siquiera lo intentas.
 
—Es que tengo hambre— se excusa recostándose en su puprite.
 
Ayer estuve con el señor Choi todo el día y me llevo a casa en la noche, quería que me quedara con el pero no tenía ropa y debía venir a la escuela. Estoy muy confundido, me trata como si fuera su pareja y no se si eso sea bueno o malo.
 
¿No es apresurar las cosas?
 
No me molesta, creo, pero sigue siendo raro.
 
Hace poco estaba cansado con mamá y ahora sale conmigo.
 
Mamá.
 
¡¿Qué le voy a decir a mi mamá?!
 
—Huy un cocholate— dice Seokmin sacando la golosina del bolsillo de su pantalón.
 
—Es chocolate...
 
—¡Deja de corregirme! Que no es un cocholate, es chocolate, que no son rempalagos, son relámpagos, que no es puta, es putizima— dice señalando a SeungKwan— ¡Ya Han! No seas así.
 
—¿Cómo me llamaste, estúpido? — pregunta SeungKwan levantándose de su silla.
 

Seungcheol
 

—Y la cena con el señor Hong que le había comentado es este viernes, no lo olvide— me pide mi secretaria— ¿Puedo ayudar en algo?
 
—Sí, consígueme un traje por favor— pido revisando mi teléfono— que sea negro, te mando la talla.
 
—Me sé su talla señor Choi.—No, no es para mí, llevaré a alguien— informo mandándole un mensaje a Jeonghan diciéndole que pasaré por el a su escuela— no te preocupes por mandar al chófer, yo voy a manejar.
 

Jeonghan

—Que sea la última vez que pasa esto— regaña el maestro muy enojado— no soporto las peleas.
 
Seokmin y SeungKwan empezaron a pelear y como yo estaba entre ellos me llevaron también.
 
¿Qué tendrá la gente con meterme en sus problemas?
 
Le expliqué al profesor pero no le importó.
 
—Bien, pueden irse, pero es mi última advertencia— asegura y nos deja salir.
 
Ya todos se fueron a sus casas y yo me quedé perdiendo el tiempo con un regaño que no me gané.
 
Putos.
 
Hace rato me llegó un mensaje pero no lo he podido revisar, sacó mi teléfono del bolsillo.
 
El señor Choi, bueno, Seungcheol.
 
—¡Han!— me grita, está recargado en su puerta mientras ve su teléfono, creo que iba a llamarme.
 
—Hola— saludo acercándome, me toma de la parte trasera de mi cuello y me da un beso.
 
—Santo Dios— escucho que dicen detrás de mí y no tengo que ser un genio para saber que se trata de ese par.
 
—Con razón siempre batea a Joshua— dice SeungKwan— ¿Es su novio?
 
—Es más que eso, es su padrastro— informa Seokmin— nada más no vayas a ir de puta como acostumbras.
 
—¿Quieres problemas?
 
Esos no tienen remedio.
 
Ya vamos en el auto, me alivia que vayamos a mi casa, lo sé por el camino.
 
—Han, me gustaría que vuelvas a quedarte conmigo— pide estacionando en la entrada— ¿Podrías?
 
—No lo sé, señor... Perdón, Seungcheol— me corrijo a último momento.
 
—Vamos, lleva algo de ropa y puedo llevarte a la escuela en las mañanas— sugiere acariciando mi pierna— ¿Sí?
 
—Es que...
 
—Por favor— insiste tomando mi mano y la lleva a su entrepierna.
 
¿Qué come para siempre estar duro?
 
—No Seungcheol, no quiero.

Soo-ah
 

Sé que dejé marihuana por aquí, tengo que tirarla antes de que llegue Jounjae, estaba detrás de este marco estoy segura.
 
—¡Hola mamá!— grita Hannie entrando y subiendo las escaleras corriendo— ¡Adiós mamá!— se despide saliendo tan rápido como entró pero lleva una montaña de ropa.
 
Me asomo por la ventana y veo que arroja todo a los asientos de pasajeros del auto de Seungcheol y se sube al del copiloto.
 
Supongo que se quedará un tiempo más, que lindo es Seungcheolque quiere seguir siendo cercano a Han.

Señor Choi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora