Felix se aseguró de que sus hermanos no lo vieran y salió.
― ¿Por qué viniste en bus?
― Porque la moto de Minho tiene localizador y la de Hyunjin está con Jeongin.
― ¿Sin su dueño?
― No, Jeongin está en la casa.
― Mansión.
― Casa.
― Bueno.
― ¿Vamos ya?
― Sí, vamos.
― Siento tus nervios hasta acá.
― Nunca la vi en mi vida. ¿Qué esperas?
― Cierto, pero no te preocupes, ella te amará ―Felix se había estado escapando de sus hermanos un buen tiempo.
― ¿Te pasa algo malo?
― ¿A mí? No.
― No me engañas.
― Bien, te lo diré, pero solo porque ya fui demasiado malo contigo.
― Está bien ―tomaron un taxi―. Cualquiera pensaría que eres un chico común y corriente.
― Lo sé.
― ¿Me dirás?
― Pasa que me metí en problemas muy grandes.
― ¿Qué clase de problemas?
― Del tipo que hacen que tu madre te amenace con botarte de la casa si no abortas.
― ¿¡Qué!?
― Sí, tengo hasta el próximo jueves para decirle a Chan y la verdad no quiero hacerlo.
― ¿Por qué?
― ¿No es obvio?
― No.
― Me odia, soy uno de los chicos que hostigaron a su amigo hasta que ya no supo más de él.
― Le dije que estoy bien y que solo me fui a Daegu un tiempo.
― Tal vez por eso no me odia tanto.
― Nah, no te odia.
― Yo creo que sí.
― Pero si te odia. ¿Cómo pasó esto?
― Estaba en una fiesta, haciendo idioteces, me peleé con unos tipos, alguien le puso algo a mi bebida y listo.
― Vaya, nunca pensé que estarías en problemas.
― Sí, ahora entiendo un poco a Hyunjin.
― ¿Por qué?
― Porque está dispuesto a todo con tal de no perderme.
― Lo haces sonar terrible.
― Mamá de verdad le hubiera quitado todo, y cuando digo todo, es todo.
― No.
― Sí, eso incluye a sus poderes.
― Pero eso podría matarlo.
― ¿Crees que a ella le importa?
― Nunca pensé que alguien podría ser más cruel que ustedes.
― Sí, muchos piensan que somos peores que nuestros padres, pero no es así.
― Ya lo noté.
― Aquí está bien ―Felix pagó y se bajaron―. Vamos ―Changbin respiró profundo y siguió al rubio.
― ¿Viene a ver a Chae Ryeong?
― Sí.
― Pasen por aquí ―la niña estaba dormida, pero se despertó en cuanto oyó la puerta abrirse.
― Déjenos solos.
― Sí señor.
― ¡Niña!
― ¡Tío!
― ¿Recuerdas la promesa que te hice? ―la niña asintió―. Mira quien está aquí ―Felix cargó a la niña y la acercó a Changbin.
― ¿Papi Bin?
― Sí, es tu papá ―Chae extendió sus bracitos hacia su padre y este la tomó.
― Mi niña.
― Papi Bin ―la bebé se acurrucó en el pecho de su padre.
― Le gusta sentir los latidos de la gente, parece que en especial los tuyos.
― Te extrañé tanto.
― Los dejo.
― Gracias.
Changbin miró a su hija con lágrimas en los ojos.
― Lo siento, de verdad lo siento ―la niña lo miró fijamente y le pasó un recuerdo.
Changbin estaba en una camilla del hospital, dormido por los efectos de la anestesia y el cansancio, Hyunjin estaba a su lado, tomando su mano.
― Perdóname ―fue lo único que dijo antes de irse.
― ¿Sabes hacer eso ya? Claro, ha pasado mucho tiempo desde que te vi, ya casi cumples un año.
Desde ese día, Changbin visitaba a su hija todos los meses sin falta.
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MIRROR | minsung hyunin chanlix
أدب الهواة― ¿Conoces el juego del espejo? ― No. ― En esta escuela hay un espejo muy antiguo, muestra que tan débil eres. ― ¿Cómo es eso? ― Déjame mostrarte ―el mayor tomó al pequeño de la mano y lo llevó a una habitación en donde solo había un espejo viej...