Capítulo 11

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En la mañana, me despierto y no está. Pero me dejó una almohada a mi lado para que me "abrazara" en lugar de él.

Me levanto y me cambio, para luego salir a la cocina.

Él no está, pero dejó una nota.

"Buenos días bella durmiente.
Tuve que salir, Sam dijo que tenía algo urgente que decir, pero toma lo que quieras del refrigerador.
Espero no tardar mucho.
Te quiero.
Bucky :)"

Bueno, a lo mejor no tarda mucho, pero también tengo que salir. Tengo la cita con el psicólogo. Ya me asignaron uno, y es necesario para al fin darme un indulto por todo lo que había pasado.

Desayuno cereal con leche y salgo del departamento. En realidad, no necesito nada más que mi teléfono.

La psicóloga es una mujer algo mayor, y un poco, solo un poco enojona.

Me pide que le cuente todo lo que había pasado, desde el principio. Cosa que no quiero. No quiero recordar todo eso.

Pero, bueno... trato de contarle todo con indiferencia, como si no tuviera tanta importancia y estuviera mejor de lo que obviamente estoy.

Y obviamente no le cuento lo que pasó con el mapache Rocket en Wakanda.

Técnicamente, lo que tengo que hacer son más relaciones sociales, por lo menos hablo con Bucky, lo cual ya es algo, pero tengo que hablar con más personas.

Y de ahí, ahora tengo que hacer algo más. Tengo que ayudar al gobierno a detener a los criminales de Hydra que había ayudado como la soldado del invierno.

Y hay reglas:

1. No hacer nada ilegal.
2. No lastimar a nadie.
3. Decir el discurso: "No soy más la soldado del invierno, soy Maria T/n Brooke y eres parte de mi condición para hacer indultos". Y sonreír.

Aunque es más una sonrisa incómoda.
Se supone que eso tiene que ayudarme con las pesadillas, pero las sigo teniendo.

Bucky siempre me acompaña. A veces no dice nada y simplemente me acurrucaba con él o a veces hace chistes malos. Y me hacía reír, pero siempre se queda toda la noche conmigo.

Casi al punto de dormir todas las noches juntos.

Hablamos todos los días, como antes. Y es la única persona con la que no uso manga larga y guantes. Con él puedo ser yo, él no me ve con desprecio y me trataba bien.

Están pasando los días y ya nos estamos acostumbrando. Casi siempre se queda en casa y me lleva a terapia.

Pero la parte de las personas de Hydra, ahí voy sola, aunque me deja usar su motocicleta.

Y hoy en particular, habíamos preparado una noche de películas. Yo voy a hacer las palomitas y Bucky regresaría en cualquier momento con los dulces y los refrescos.

Las palomitas ya están listas, y las puse en bolsitas con rayas blancas y rojas.
Y entonces regresa Bucky.

--Ya llegué. Uh, huele bien.

--Sip, las palomitas ya están listas.

Llevo mi bolsita de palomitas y mi refresco y Bucky hace lo mismo con el suyo, y con una bolsa de dulces.

Y tenía que poner una de terror. Claro, Bucky sabe perfectamente lo que hace. A ti me dan miedo esas cosas, siempre salto y me pego a él.

Y él lo sabe perfectamente.

Y sí. Es algo de como un asesino serial con una máscara.

Ahora la chica está en la cocina y hay una sombra gigante detrás de ella. Predecía lo que iba a pasar y aún así salto en el sillón cuando se escucha la motosierra. Y medio sin querer, me pego a Bucky del susto.

Till the end of the line - Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora