Ya siete meses desaparecieron del calendario vigente, los cuales transcurrieron en un profundo silencio en la vida de Cinderace y del subteniente Lucario, sin tener ambos la posibilidad de justificar el porque su frío silencio, a pesar de que la tipo fuego manifestaba en primer lugar, que no había podido responder la única carta que le fue enviada, porque esta no tenía remitente, por lo que nunca supo a dónde responderla y en segundo lugar, porque se quedó esperando una segunda carta, la cual nunca llegó.
Tristemente esa actitud de parte de él, sin darse cuenta estaba lastimando los sentimientos de ella, porque para ella era imposible aceptar que si la amaba y estaba interesado en ella sentimentalmente, ¿Porqué no le escribía?; ¿Porqué no la llamaba telefónicamente?; ¿Porqué no pensaba en otro medio para comunicarse?.
Lucario, tan metido en las regiones peligrosas del norte, sin el mínimo deseo de hacerlo, pero que era su obligación como militar y posiblemente aturdido por la situación caótica que se vivía, le había sido imposible escribirle o comunicarse con ella de otra manera, evidenciando a simple vista con esa actitud, que el caso, cuyo centro de interés era el romance con Cinderace, le era diferente; a pesar que él en las oportunidades que había tenido de hablar con ella, siempre le manifestó su inmenso amor, su deseo de construir una familia y su anhelo de abrazarla y besarla, hasta que la muerte los separara, pero las cosas al final estaban cambiando, habiendo llegado al extremo de olvidarse del amor de su vida por siete largos meses, en los que no dio señales de vida.
Los acontecimientos que envolvieron la vida de Cinderace luego de la partida de su amado y luego de la llegada de la única carta que recibió de él, habían derrumbado toda posibilidad aún por mínima si existiera, de darle nuevamente rienda suelta a sus sentimientos amorosos; sin embargo, la vida continuaba y cada día se proponía luchar y luchar ppr fortalecer su estima, a efecto alcanzar un equilibrio emocional tanto físico como espiritual e intelectual, que fuera respondiente a cada una de sus exigencias que tenía, no solo con sus familiares y en sus relaciones sociales, sino principalmente dieran respuesta a sus compromisos laborales.
Un día común y corriente, atareada en la coordinación de los proyectos educativos que beneficiaban a la comunidad, tuvo la visita inesperada de un grupo de pokemones de la educación formal de la ciudad, presentándose dirigentes de un evento magisterial de mucha trayectoria, para invitarla a participar como su candidata en las festividades magisteriales del lugar. Además, le manifestaban lo hacían porque reconocían su trayectoria ejemplar, sus virtudes, sus cualidades, sus principios y sus características distinguidas por todos en el lugar, indicándole que competiría con otras pokemones en el evento, las cuales eran patrocinadas por otro grupo.
Para convencer a Cinderace de que aceptara, tuvieron que dialogar con otros pokemones que bien podían influir en la decisión de ella, porque ella era muy apartada en ese tipo de acontecimientos.
Durante ese tiempo, había llegado a la ciudad un psicólogo a prestar sus servicios a un centro educativo de mucho prestigio en ese lugar. Para las pokemones solteras, la llegada de ese pokémon era de novedad; sin embargo, para Cinderace era insignificante, por cuánto su situación sentimental estaba pasando por situaciones difíciles d entender y posiblemente difícil de solucionar. Dicho pokémon psicólogo, al conocerla, puso su entendimiento visual en su personalidad, porque luego de haber tenido la oportunidad de conocerla, sin pensarlo dos veces inició su tarea de perseguirla, siendo a veces inoportuno y prepotente, hasta haberlo considerado como un pokémon entrometido en su vida, según ella, mas no para él.
Era tan fastidiosa la persecución de aquel pokémon psicólogo; tan desagradable su presencia en la vida de ella, que la orillaba a enfrentarse a situaciones incómodas en los distintos espacios donde tenía que permanecer, de las cuales no sabía como librarse de ellas; sin embargo, comenzaron a llegar a su mente ciertos pensamientos que la condicionaban a aceptar que tenía mucho tiempo de no sentirse incómoda por la presencia de un macho, considerando que aunque fueran desagradable y tóxicas, estaban por lo menos sirviéndole como un sedante para ir calmando ese dolor que hería su alma, provocando en ella sonrisas disimuladas, que a veces eran comprometidas, de tal manera que sus saludos fueran afectuosos y su conversación más tolerante y armoniosa.
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EL SILENCIO DEL AMOR (Lucario & Cinderace)
Fiksi PenggemarEl silencio del amor, es un fanfic creado por mi persona que describe el episodio sentimental, que involucra a un Lucario, perteneciente a las fuerzas armadas (el ejército pues), y a una Cinderace, quien se dedica como maestra, que ejercían cada uno...