—¿Que qué ocurrió después...? —murmuro su pregunta, saliendo del baño.
Había inyectado otra dosis de Heroína en mi cuerpo. Aunque ahora, que mi cabeza comenzó a doler con tanta fuerza hasta el punto en que tuve que recargarme en la estantería, comienzo a arrepentirme.
—¿_______? ¿Estás.. Bien? —la escucho murmurar, con preocupación, acercándose un poco a mí.
Bajo una poco la cabeza, cerrando los ojos y apretando mis labios con fuerza. Cierro fuertemente mis ojos cuando siento que la sensación de éxtasis mezclada con un poco de dolor se filtra bruscamente en mi cuerpo, azotando a mi cabeza sin piedad alguna.
Abro uno de mis ojos cuando siento un suave tacto a un costado de mi pierna, jalando suavemente de la ancha camisa que me había puesto hace un par de minutos. Mi mirada encuentra los orbes rosas de la pequeña. Angustia y miedo. Es lo que puedo leer en sus ojos.
—Estoy bien.. Estoy bien... —susurro suavemente, dejando caer lentamente una de mis manos en su cabeza para sacudir un poco su cabello— No te preocupes.
Ella asiente lentamente, y estoy segura de que mi respuesta no la convenció pero decidió no decir nada. Una vez la sensación se vuelve un poco más dócil, ambas volvemos a tomar asiento frente a la otra.
—Querías saber la continuación, ¿No? —digo, llevando una mano a mi cabeza para acariciar lentamente mi sien.
Creo que en verdad.. No fue buena idea inyectarme otra dosis...
—Sí... —responde, jugueteando con sus manitas— ¿Cómo fue... Que pasó? ¿Cómo destruyeron tu paraíso?
—Ah... —balbuceo. Luego suelto un hondo suspiro— De acuerdo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La hora de la pelea llegó. Toda Tenjiku estaba expectante, esperando a por la llegada de nuestros contrincantes.
Estaba sentada en uno de los muchos contenedores apilados en el lugar, a un lado de Izana, que observaba al frente atento.
—¿Quizá decidieron no asistir? —pregunté en un murmullo, bajando la cabeza. No pude evitar sentir una ligera calma por esa suposición, a pesar de que no sabía si era así.
—Asistirán. —me contradijo Kisaki. Levanté la mirada y lo observé con una ceja alzada— Él lo hará...
Y así, como si los hubieramos invocado, los ruidos de numerosos motores se hicieron presentes en el lugar. Izana sonrió al escucharlo, volteando a verme antes de dar un par de pasos para quedar a mi frente.
Alcé la mirada y lo observé atenta, esperando alguna palabra de su parte.
—No sé lo que podría pasar en esta pelea.. —comenzó— Así que tienes como opción quedarte a un lado, estará bien.
—¿Esperas que me quede a un lado, observando como pelean? —murmuré, mirándolo incrédula, casi molesta por sus palabras. Él asintió— No lo haré.
