—Eso es lo que pasó en mi vida. —me alzo de hombro mirándola— ¿El cómo acabé así? Pues simplemente decidí quedarme con Mikey, él se preocupa tanto por mí... Sentía que no podía dejarlo a su suerte después de todo lo que pasó.
—¿Y las drogas? —ella pregunta suavemente— ¿Como las conociste y por que las consumes hasta ahora?
—Las drogas... —muerdo un poco mi labio inferior— Pues un día.. Sanzu me ofreció una de sus pastillas de mierda y yo la acepté. Los efectos fueron realmente horribles ese día, sentía que mi cabeza explotaría en cualquier momento y estoy segura de que vomité... Pero aún así, de alguna manera... Esos efectos me hicieron sentir viva.
—¿Eh?
—Sus efectos me hacían olvidarme de todo este dolor, al menos por un momento. —continúo— Así que cuando las pastillas ya no fueron suficientes para calmarme... Decidí probar más y más drogas.. Y sin darme cuenta me volví adicta y dependiente de estas porquerías para sentirme viva de nuevo.
—En verdad... Eres muy fuerte, ________.
Sonrío por sus palabras, negando con la cabeza mientras ubico una de mis manos en su cabeza para sacudir su cabello.
—Al contrario Emma, soy una maldita cobarde. —la contradigo— De una u otra manera siempre dependí de una persona para poder vivir. “Se útil” así fue como me crió mi padre, por lo que me aferré a la idea de que para vivir debía ser útil... Era doloroso sentir el desprecio e indiferencia de mi padre cuando las manos de sus amigos tocaban mi cuerpo.. Pero no importaba porque... "Al menos era útil" —suelto un fuerte suspiro— Era demasiado ingenua para entender que esos actos me dejarían marcada de por vida...
Aprieto mis labios suavemente, alzando la cabeza para ver el techo.
—Me repetía una y mil veces un "Está bien" cada vez que lloraba, porque en realidad creía que estaba bien... Y con el tiempo.. Dejó de importarme. —la miro de reojo— ¿Estaba bien? ¿Estaba mal? Nada de eso me importaba. Aunque de vez en cuando me preguntaba si me verdad merecía eso, todos esos abusos tanto físicos como psicológicos, ¿Los merecía?
—No... ¿Verdad? Mamá dice que nadie puede tocarnos sin nuestro consentimiento.
—Y tu mami tiene razón, solo que... Yo eso no lo sabía en ese momento. —sonrío amargamente— Era tan estúpida...
Subo mis manos a mi rostro, frotando fuertemente mis ojos con las palmas. Seguramente estos ya están rojos de tanta droga me he metido en mi cuerpo, pero no podía evitarlo, el hablar de todo eso... Me hacía sentir tan inquieta.
Siento un suave tanto en mis muslos así que retiro mis manos de mi rostro para bajar mi mirada. Sus ojos abundantes de un brillo de tristeza me observan atentos. No era lastima así que estaba bien...
—Está bien.. —murmura Emma, palmeando suavemente mis rodillas con sus manitas— Mamá dice que a las que les pasa eso no tienen la culpa.. Y yo.. Estoy segura de que nada de eso fue tu culpa... —sus ojos continúan mirándome, y puedo ver como sus orbes se llenan de pequeñas lágrimas— Es... No me gusta.. Verte triste...
Sus manos suben a mi rostro para tomar mis mejillas entre sus pequeñas manos. Cierro los ojos para tranquilizarme bajo aquel adorable tacto, sintiendo mis ojos picar por ello.
—Deberías irte ya. —le digo, abriendo los ojos para verla, ella me observa de vuelta—.. Llegarás tarde a casa de lo contrario.
—Es cierto... —murmura, separándose un poco de mí.
Ella camina hacia la puerta de la habitación y yo me levanto para seguirla y despedirla en la puerta. Sin embargo, antes de abrir Emma se detiene y me observa.
—¿Estarás bien..? —sonrío por su pregunta, se escucha tan llena de preocupación.
¿Cuándo fue la última vez que alguien me hizo esa pregunta?
—Lo estaré. —afirmo.
—Y tú... —sus manos juegan entre sí, nerviosa y quizás un poco avergonzada— ¿Irás a mi cumpleaños? Mamá y papá quieren verte.
—Emma.. Sabes que no puedo mostrarme ante ellos. —digo mirándola. Ella baja la cabeza al igual que sus manos.
—Lo sé, yo sólo creí que-...
—Pero puedes venir a verme. —la interrumpo rápidamente, haciendo que levante la mirada. Le sonrío, agachándome a su altura para pellizcar suavemente su mejilla— ¡Te llenaré de regalos!
—Hajime-san se molestará si gastas dinero sin decirle. —comenta, sonriente.
—Que se joda un momento ese día. —me alzo de hombros.
Ella ríe por mis palabras y siento como sus pequeños brazos rodean mi cuerpo, me quedo pasmada por un instante, pero al final le devuelvo el abrazo suavemente.
—Vendré en tres días..
—Te estaré esperando, mocosa. —acaricio su cabello, separándola de mí— Ve a saludar a Manjiro antes de irte, le gusta tu compañía.
—Sí.—asiente, abriendo la puerta de la habitación— ¡Nos vemos en tres días, _______!
—Hasta pronto, Emma...
Y así, aquella pequeña niña sale de mi habitación, dejándome nuevamente en aquella soledad. Suelto un suspiro, caminando de vuelta hacia la mesita para tomar el último cigarrillo que me queda. Observo alrededor y siento un mal sabor de boca así que camino hacia el lugar que más concurro en esa habitación: el baño.
Abro la puerta y camino hacia la bañera, giro la llave de la misma y espero a que esta se llene mientras enciendo el cigarrillo. Una vez está a tope cierro la llave y entro en la bañera, no sin antes desnudarme.
El silencio abunda en aquella habitación, hasta que de repente, nuevamente siento un fuerte dolor en mi cabeza. Suelto un quejido por lo bajo, recostando mi cabeza en la pared detrás mío.
Por alguna razón, mis fuerzas comienzan a irse y puedo sentirlo. Puedo sentirme desvanecer lentamente. El dolor aumenta y esta vez no es solo en mi cabeza sino también en mi pecho. Pronto, respirar se vuelve difícil así que comienzo a tomar grandes bocandas de aire, pero es en vano, el aire no llega a mi pulmones. Siento mis latidos aumentar considerablemente y un irritante zumbido se hace presente en mis oídos.
Nuevamente, mi alrededor da vueltas y mi cabeza duele, con tanta fuerza que me hace cerrar los ojos y afirmar mi mano libre a la esquina de la bañera.
No mucho después, mis latidos comienzan a hacerse lentos y débiles y puedo sentir como cada movimiento que intento realizar se hace cada vez más débil.
Pude haber gritado por ayuda... Pude haber hecho ruido para que alguien viniera y me ayudara... Pero, ¿Eso habría servido de algo?
No lo sé, y nunca lo sabré porque antes de que pudiera realizar alguna acción, mis ojos se encuentran cerrados; la mano que sostiene el cigarrillo, por fuera del agua de la bañera, se encuentra débil y caída mientras el humo de aquel rollo inunda el lugar; y mis latidos son débiles, por no decir inexistentes.
Y en ese momento, sé que estoy muriendo pero no hago nada.. Solo me quedo ahí y lo acepto, acepto lo que está pasando...
Solo quiero descansar y después de todo lo que pasó en mi vida, ¿No merezco ya un maldito descanso? Y eso está pasando, me encamino a un largo descanso del que no podré despertar nuevamente...
Sin embargo, antes de caer en aquel sueño profundo del que no lograría despertar... Lo único que pasó por mi cabeza fue:
“Lo siento, Emma... Parece que no podré estar en tu cumpleaños...”
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→ ❝ 𝑆𝑡𝑎𝑦 𝐻𝑖𝑔𝒉... ❞ | кυяσкαωα ιzαηα χ ℓє¢тσяα.
Fanfiction𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒏 𝒑𝒐𝒓 𝒄𝒐𝒔𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒔𝒊𝒈𝒏𝒊𝒇𝒊𝒄𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔. 𝑨𝒍𝒈𝒖𝒏𝒂𝒔 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒏 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒃𝒊𝒆𝒏 𝒚 𝒐𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒎𝒂𝒍, 𝒂𝒖𝒏𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆𝒑𝒆𝒏𝒅𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒑𝒆𝒓𝒔...