#01

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Cierro mis ojos, sintiendo la mirada curiosa de mi pequeña acompañante. Flexiono mi brazo hasta que el rollo queda frente a mi boca, abro mis labios y le doy una calada al rollo de marihuana mientras dejo caer mi cabeza hacia atrás. Segundos después suelto el humo, sintiendo aquel familiar cosquilleo en mi garganta.

—Normalmente... ¿Sueles hacer eso? —cuestiona Emma, aún mirándome— ¿Sueles... Drogarte muy amenudo?

—Últimamente... Sí. —abro los ojos, mirando como el humo se desvanece en el aire— Por lo general, cuando vuelvo aquí después de ir a esos clubes tengo hambre así que me como todos los twinkies que dejo en el refrigerador... —comento, dándole un golpecito con mi dedo al rollo—  Sin embargo, la combinación de drogas, licor y esos pastelillos me dan náuseas así que vomito en el baño...

—¿Eso pasa... Todos los días?

—Mhm... —niego suavemente con la cabeza, provocando que los pendientes en mis orejas me golpeen suavemente— No todos los días. Algunas veces no voy a los clubes debido al trabajo, así que supongo que está bien.

—Eso no está bien... No es sano.

—¿Te soy sincera? —le pregunto, alzando la cabeza para verla. Ella asiente lentamente, dudando de si realmente quiere escuchar la respuesta— No me importa lo que suceda conmigo. Hace un tiempo que dejó de importarme...

Emma guarda silencio por un largo minuto, mirándome directamente. Tristeza. Es lo que puedo ver en sus ojos y no me gusta esa expresión de lástima por lo que cierro los ojos mientras le doy otra calada a la marihuana.

—Recuerdo que una vez bebí demasiado, no dejé de beber hasta que mi billetera quedó sin dinero. —menciono, el humo sale de mi boca mientras hablo— Y a pesar de que todos eran tragos diferentes, tenían el mismo sabor, un sabor peculiar...

—¿A qué sabían?

—Sabían como a... Soledad. —respondo, abriendo los ojos para desviar mi mirada hacia el pequeño parque que dejaba ver el balcón. Emma ladea un poco la cabeza, quizás confundida. Yo sonrío un poco por su acción— Curioso, ¿Verdad?

—Sí... —susurra suavemente— Pero, ¿Por qué debiste tanto?

—... Porque ese día... —muerdo suavemente mi labio inferior, manteniéndolo entre mis dientes por un rato antes antes de soltarlo— Porque ese día... Era el aniversario de cuando nos conocimos.

—¿Qué estás haciendo? —escuché una voz a mi costado, levanté la cabeza y observé a la persona con desinterés

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—¿Qué estás haciendo? —escuché una voz a mi costado, levanté la cabeza y observé a la persona con desinterés.

—... ¿Te importa? —le devolví la pregunta— Solo continúa con tu camino.

Bajé nuevamente la cabeza, observando el conejo de peluche en mis manos. Lo miré por un largo rato y un repentino sentimiento de furia me invadió por lo que lo aventé lejos, lo quería lejos.

→ ❝ 𝑆𝑡𝑎𝑦 𝐻𝑖𝑔𝒉... ❞ | кυяσкαωα ιzαηα χ ℓє¢тσяα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora