4-Luces

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Ya era de mañana y los dos chicos se encontraban en el taller. Ambos se miraban desafiándose hasta que Jayce decidió hablar.

"Llamemos a mi padre, así sabremos quien es mejor"- sonrió burlón.

"Está bien"- también le sonrió el otro chico.

Bajaron las escaleras a paso acelerado como si quien llegará primero ganara la batalla.

"¿Qué pasa chicos?"- el hombre los miró dubitativo ya que ambos venían chocándose y casi corriendo.

"Necesitamos tu opinión"

El hombre los miró pensativo-"Primero, buenos días"- los miró serio.

"Ah, buen día señor"- respondió el castaño apenado.

Luego el hombre y su esposa rieron por el nerviosismo del chico-"está bien. ¿Sobre qué?"- preguntó mientras continuaba su café.

"Terminamos las modificaciones en el prototipo y necesitamos evaluar cual es el mejor"- dijo Jayce muy confiado, como si ya hubiera ganado.

"Yo no los juzgaré"- los chicos lo miraron anonadados.

"¿Y entonces quién padre?"- dijo casi en un gruñido.

"Si ya están seguros de ello puedo hablar con un amigo que es catedrático para que los revise. Aunque claro que no es una competencia para ver  solo es probar que ambos son igual de capaces"

La madre de Jayce asintió ante esa afirmación.

El señor Nicolas pactó que su amigo viniera en la tarde, luego de que Jayce volviera de la escuela. Así podrían estar los dos presentes. Su hijo se veía totalmente confiado y eso comenzaba a poner nerviosa al otro joven. De todas maneras aún era pronto, faltaban al menos un par de horas.
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Un rato después de la discusión y del desayuno, el pelinegro salió rumbo a la escuela, su chófer personal lo llevaría a pesar de que estaba relativamente cerca.

La entrada era majestuosa, con un gran portal de hierro con detalles dorados que daban paso a un increíble jardín occidental con inmensos árboles y farolas que, en ese momento se encontraban apagadas. Cuando vió a Caitlyn, con su amiga Melissa, hizo que se detuviera el automóvil.

"Aquí estoy bien"- entonces caminó hasta ellas y les sonrió-"Buenos días Melissa, Cait"

"Buenos días. ¿Veo que ya no estás enfermo?"- dijo con ironía la peliazúl.

"Ya me recuperé"- le sonrió a Cait.

"Bueno, mejor los dejo solos"- sonrió con complicidad Melissa, yéndose dentro.

Cailtlyn la miró levantando una ceja. Su amiga sabía que no tenía nada con Jayce pero le gustaba molestarla con eso.

"¿Cómo sigue lo de tus padres?"- preguntó el chico mientras caminaban por los alrededores, todavía faltaba tiempo para que tocara la campana.

"Igual, estaré castigada hasta los 70"- ella se encogió de hombros-"no me escaparé hacia tu casa por un tiempo"- rio

"Iré yo a verte"- le sonrió el pelinegro.

"Lo pensaré"- ella comenzó a caminar hacia adentro y Jayce la siguió.

Ambos ingresaron al salón a esperar que comience la clase.

Ni bien ingresaron  varias compañeras se acercaron a Cait así que dejó por el camino a su amigo. Era le presidenta de la clase y también una de las chicas más populares de la escuela, debido a su belleza y también a su ingenio. Aunque Jayce también era popular con las chicas por su dinero y por ser bien parecido, eran muchos quienes lo tenían entre ceja y ceja.

Sin señalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora