1-Extraño

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Luego de aquella escena, Viktor, el joven de cabello castaño y ojos tristes, se vio siendo llevado hacia una casa demasiado grande por un hombre mayor a quien ni siquiera conocía.

‘esta situación es tan extraña’- pensó para si mismo. Hace un momento estaba por dejar este mundo, sentía la fría respiración de la muerte en su nuca y ahora...estaba frente a una mansión elegante replanteándose su mala decisión de seguir a ese tipo. Bueno, más claramente no había sido una decisión, sino que había insistido tanto para convencerlo.

‘y si fuera un asesino?’- rio para sus adentros-‘igualmente quería morir’

"Pasa por favor"- el hombre lo dirigió hasta la sala y le indicó que se sentara-"Bien, ahora que ya estamos en un lugar seguro y ya no estás en peligro...¿Cómo te llamas niño?"

"Me llamo Viktor..."- suspiró

"Yo soy Nicolas Talis. ¿Qué sucedió Viktor?, ¿Por qué estabas intentando quitarte la vida?"

‘que directo'- pensó el chico, de todas maneras era un desconocido y no tenía nada que perder así que no habría problema en contarle.

"Me quitaron todo, ya no tengo un hogar y mi vida académica está terminada...no tengo razones para seguir viviendo..."- el castaño exhaló intentando no llorar.

"Está bien si no estás listo para hablar de ello, por ahora, ¿Quieres un poco de té?"- el hombre le sirvió y luego dejó frente a él algunas galletas.

"Claro...muchas gracias"- hacía dos días que no comía ni dormía bien por lo que todo lo que consumía le resultaba delicioso.

"¿Tienes familia?, Puedo llamarlos cuando te calmes"- ofreció el señor Talis.

"No tengo, vivía con el dinero de mi beca, estaba estudiando bajo el patrocinio de un importante inventor pero ahora..."

El hombre sentado frente a él suspiró-"supongo que ha sido duro, lo lamento mucho...a pesar de eso eres joven todavía, tu vida no termina ahí, puedes continuar intentándolo"- respondió con optimismo.

"Ya es tarde...ni siquiera tengo a dónde volver, ¿Qué podría hacer alguien como yo?"- respondía cabizbajo intentando mantener la calma ya que todo había ocurrido recientemente y no tenía fuerzas para hablar durante tanto tiempo sobre ello.

Nicolas Talis sonrió, de un momento a otro se le había ocurrido una gran idea-" y por qué no vives aquí?"

El chico observó los alrededores volteando sus ojos de un lado a otro-‘o es una broma o este hombre tiene algo mal’- pensó al ver tal lujo.

"No te preocupes, no soy alguien extraño y no estarás viviendo solo, mi esposa y mi hijo en este momento no están en casa pero volverán pronto"

"Y cómo sabe que se esposa estará de acuerdo en que haya metido a un chico de la calle en su casa?"-  el castaño lógicamente no estaría de acuerdo con una idea tan disparatada. A penas hace una hora esperaba el tren para que lo alejara de su sufrimiento y ahora estaba sentada en una gran y esplendorosa mansión. ¿Qué era esa sarta de incoherencias?.

"Claro,  a nadie le incomodará tu presencia aquí y no tienes que preocuparte de la comida"- sonrió

"No puedo vivir aquí por siempre y menos sin trabajar por ello"- dijo molesto.

"Resolveremos tu situación académica luego pero por ahora relájate un poco y cuando llegue mi familia, lo charlaremos todos juntos".

¿Quién era este hombre tan amable?. Le resultaba tan extraño encontrarse con alguien así en una ciudad tan competitiva como lo era Piltover, la ciudad del progreso. No sabía si tenía o no que confiar en el pero debido al carácter calmado del señor Talis, él terminó accediendo, al menos de momento.

Sin señalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora