5- vacío

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En la noche Viktor bajó a cenar con los señores Talis. De Jayce no había ni noticias, desde que terminó todo, se quedó en su habitación y le llevaron la cena allí. Sus padres pensaban que era porque después de haberse lastimado estaría adolorido por lo que no insistieron.

Luego volví a la habitación, estaba muy feliz.
Comenzaban a surgir múltiples ideas en su mente, revoloteando como mariposas pero estaba tan cansado que no podría dibujar ningún plano, de todas maneras lo recordaría y lo anotaría en la mañana.

‘hace mucho que no tenía un día tan bueno'- sonrió mientras veía el techo.
Además había tenido el honor que conocer al profesor Heimmerdinger, una eminencia en el campo científico, no cabía en sí felicidad, sin embargo, estaba muy cansado y más pronto que tarde terminó por dormirse.

En la madrugada el castaño se despertó sudando frío, su cuerpo se sentía extraño. A pesar de tener muchas colchas tenés demasiado  frío, estaba empapado. Juró sentir la mano de alguien conocido acariciando sus cabellos.

Asustado, se sentó de golpe en la cama, revisando el perímetro con la mirada. Estaba solo en la penetrante oscuridad de la gran alcoba, no ingresaba más que la luz de la luna y eso lo calmó un poco.

‘esta bien, fue solo un sueño'-

Había estado trabajando en los guantes toda la noche, Así que era lógico que este cansado seguramente por eso había tenido una pesadilla tan horrible.

‘Sí, eso debe ser...’- pensó para si mismo intentando calmarse. Volvió a recostarse, respiraba profundamente tratando de alejar todo eso de él-

‘todo está bien’- se dijo a sí mismo. Igualmente no pudo dormir en mucho tiempo más, sus ideas no lo dejaban tranquilo y si corazón tardó en volver por completo a la normalidad.

Pronto llegó la mañana pero el castaño había dormido muy tarde por lo que a las 9:30 de la mañana, él seguía dormido, siendo que lo usual sería que se levantara a las 7:30.

Cerca de las diez de la mañana, una serie de golpes se pudo oír en toda la habitación.

"Joven Vikor"- él chico no respondía así que la mujer se abrió pasó lentamente por aquel enorme lugar.

"Joven, le traje el desayuno"-

Viktor al escuchar una voz tan cerca se despertó sobresaltado.

"...lo siento, me asusté un poco"- suspiró.

"Disculpe, vine a ver cómo se encontraba porque usualmente está despierto desde temprano. Nos preguntábamos si estaba bien"- dijo preocupada.

"Estoy bien"- le sonrió él y la mujer pareció tranquilizarse.

"Escuchamos que ayer el amo Jayce tuvo un accidente y pensamos que también pudo ocurrirte algo"

"Disculpe por preocuparla..."- el se sentó en la cama bajando sus pies-"¿Cómo está Jayce?"
Preguntó debido a lo mencionado anteriormente.

"Parece que se encuentra mejor, sin embargo, no ha ido a la academia. Está descansando en su habitación"

"Lo entiendo"- asintió. Sabía que las quemaduras no eran serias pero de todas maneras debían dolores.

"Bueno, dejaré esto por aquí. Si necesita algo no dude en decirme"- la mujer se retiró dejándolo solo.

Desayunó mientras pensaba en la vívida experiencia de la madrugada. Para no seguir rumiando sobre aquello, al terminar se vistió y salió al pasillo. Recordando lo anterior, se sintió un poco culpable, ya que Jayce tenía razón, él no le había advertido sobre ese desperfecto. Aunque sabía que no era su culpa, se sentía de esa manera  por lo que le había ocurrido al otro chico así que pensó en hacer un ungüento para aliviarlo.
Cuando vivía en el distrito suburbano había aprendido a preparar algunas medicinas básicas ya que allí no habían médicos así que la mayor parte de las veces debían amañarselas solos.

Sin señalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora