3-El Sueño

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15 años atrás:

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15 años atrás:

La mañana se presentó tan nublada como el humor de Kran. El fallecimiento de su padre significó un duro golpe para este muchacho de tan solo diecisiete años.

Sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros se sentó en uno de los bordes de la cama. Se envolvió la cara con sus manos y dejó escapar una lágrima. No tenía claro si merecía la pena llorar por un alcohólico empedernido que murió en una borrachera, al menos eso le habían dicho a él.

Secó sus lágrimas y analizó el dormitorio por unos segundos. Su mirada se detuvo en el espejo:

«Mira cómo estás por culpa de un borracho» -En su rostro apareció aquella traicionera sonrisa que tanto odiaba.

Salió de la habitación con el objetivo de limpiarse el rostro después de semejante escena.

-¡Mierda! -Protestó al sentir unos golpes secos provenientes de la puerta de abajo.

Se dirigió con prisa hacia el dormitorio y rebuscó en el armario. Lo primero que encontró fue su atuendo de trabajo, el cual se puso sin tan siquiera pensarlo por un segundo. Bajó de un salto la mitad de los escalones, casi cayéndose en el último tramo.

Atravesó la sala y llegó al pasillo que daba a la puerta principal.

-¡Hola, buenos días! -Saludó un hombre apenas la puerta se abrió.

Kran lo analizó con detenimiento: hombre pequeño y robusto vestido con un traje elegante y sonrisa fingida; sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda.

-Saludos mi señor. -Repitió al ver que el primer saludo no fue devuelto- ¿El señor Kran Artis? -Preguntó mientras intentaba dirigir su mirada sobre Kran, algo muy difícil pues este le sacaba más de dos cabezas.

-Soy yo -Contestó cortante con ganas de despacharlo con rapidez.

El hombre lo miró extrañado. Se quitó el sombrero dejando al aire su calvicie casi total.

-¿Está seguro?

-Es mi nombre desde que nací, así que supongo que sí -respondió comenzando a impacientarse, odiaba perder el tiempo.

-¿Me permite pasar unos instantes? -preguntó el hombre mientras estiraba la mano como si fuera a entrar a pesar de que no le dieran permiso.

Kran lo analizó nuevamente, ese hombre no le traía buenas vibras, pero sentía que si no lo dejaba pasar ocurriría algo peor.

-Muy bien, adelante -Se apartó dejando espacio para que el "invitado" pasara.

Ambos caminaron hasta llegar a un pequeño recibidor al final del pasillo. Había un par de sillas de maderas acomodadas alrededor de una mesa, este lugar servía para recibir a las visitas, aunque en los últimos meses se había visto inutilizada.

The Other Side (Actualización Lenta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora