Vuelta al Bar
Los clientes del bar lo observaron asombrados. Durante más de una hora estuvo narrando la historia y nadie se había atrevido a interrumpirlo, para su asombro incluso los trabajadores del lugar se detuvieron y se hallaban escuchando la historia desde la barra.
Una solitaria mano se levantó entre la multitud. Un chico de no más de quince años se levantó tímidamente, miró a todos a su alrededor apenado. El forastero lo miró con curiosidad, expectante de la pregunta que haría.—Disculpe señor. —La voz del chico sonaba como un fino hilo a punto de romperse.
El narrador dibujó una ligera sonrisa que ocultó con su barba desaliñada. Lo miró con detenimiento mientras extendía la mano para que continuase.
—Tengo una serie de preguntas que me gustaría hacerle. — El público murmuró en concordancia. El chico sintió un poco más de confianza—. La primera de todas es, ¿por qué al principio de la historia Kran dice que tenía la daga de Cira si él no sabía de su existencia en primer lugar?
El forastero asintió un par de veces. Tomó el vaso que había a su lado. El extracto de verilem casi se había terminado, en el fondo quedaba un poco del líquido rosa. El hombre dio un último trago, su boca hizo una extraña mueca, parecía que había sido estrujada por una fuerza invisible; los presentes dejaron escapar sonrisas.—Con toda sinceridad...no sé qué contestar a esa pregunta. Nuestra historia está rodeada de misterios. —El hombre se intentó poner en pie, pero los efectos de la bebida no se lo permitieron, volvió a caer en la silla como si de un saco se tratase—. Lo que si te puedo decir es que en el Continente no era totalmente la existencia de Las Cinco Puntas. Su misterio se convirtió en objeto de cuentos y leyendas.
El público no pareció contentarse con la respuesta, sin embargo, el joven no le dio importancia y decidió hacer la siguiente pregunta.—¿Por qué se llama Isla del Silencio?
—Isla Creta, que es como en realidad se llama el lugar, fue bautizado como Isla del Silencio por los mismos habitantes del lugar .—El hombre hizo una pausa para ver si todavía quedaba algo de bebida en su botella, ¡Qué decepción se llevó al ver que estaba vacía! Contrariado, decidió seguir—. Este lugar está basado en un lugar bastante similar a las islas del norte de nuestra nación; donde absolutamente ningún ruido se propaga, a no ser los gritos y lamentaciones de aquellos que perdieron la vida ahí.La sala pareció quedarse muda, el sonido de la madera quemándose en la chimenea era lo único que se atrevía a perturbar ese ambiente. Muchos pudieron ver cómo por la sucia mejilla izquierda del forastero, rodaba una solitaria lágrima, que se perdió en su barba.
El chico pareció captar el mensaje, en silencio se sentó con cara afligida y, con cara afligida decidió prestarle atención a la jarra vacía que había delante suya.
El extraño los miró a todos con muchísima atención, dibujó nuevamente esa extraña sonrisa apenas visible, que podía ser fácilmente confundida con una mueca de dolor.
—¡Escuchen todos! —Todos lo presentes voltearon a verlo—. Mi historia puede parecer muy loca, muchos pueden creer que lo hago solo para seguirme emborrachando y... —Un “hip” le subió por la garganta, haciendo que interrumpese su discurso por unos segundos, cuando se recompuso continuó—. La única razón por la que estoy aquí es porque no puedo permitir que esta historia muera conmigo, a mí me fue asignada la misión de llevarla a todos los lugares conocidos, y eso haré.
»Aquellos que deseen que marche de este lugar que por favor, levanten la mano, con mucho gusto me iré y nunca volveré. Pero os aseguro que no conocerla no os evitará los acontecimientos futuros que puedan venir.
Nadie la levantó, los clientes y trabajadores del bar murmuraron por unos segundos y el mismo chico se levantó con decisión.
—Ninguno desea que se marche señor. Llevamos muchísimo tiempo sin escuchar una historia igual, y si nos dice que su misión es llevarla a todos los lugares. Cumpla su misión.
El extraño no dijo nada, se limitó a asentir con suavidad mientras miraba a la pared del fondo de la taberna, en realidad solo la miraba para evitar que otra lágrima se le escapase.
—Bien —dijo mientras se pasaba la mano por la cara—, sí así lo desean os contaré cómo nuestro trío llegó a uno de los momentos más delicados de su aventura.
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The Other Side (Actualización Lenta)
Fantasi"Existe un solo mundo: el de los vivos"; es una frase que te dirían la mayoría de los hombres comunes y corrientes, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Existe una dimensión que solo ha sido explorada en un par de ocasiones y de la cual se sa...