Lee

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-. ¡Donghyuck!
-. Ay Dios mío, Lee Donghyuck.

-. Dígame señor Doyoung, ¿en qué puedo ayudarlo?

-. Oh, mi niño hermoso, tu padre me envió a la tienda esta tarde y yo lo olvidé por completo, necesito que vayas y me traigas algo de maquillaje para la señorita YooA

-. Pero si mi hermana ya se ve perfecta sin una pizca de esos polvos en ella. ¿Para qué gastar dinero sin fundamento?

-. El baile se acerca, corazón... Y él rey ha ordenado que toda dama mayor a 13 años, se presente en él. Irán duques, condes e hijos de otros grandes nobles, será una selección para el matrimonio. Tú hermana ya tiene 18 y a pesar de ser la más hermosa del pueblo, aún no hay nadie que pida su mano.

-. No es que nadie la haya pedido, es que noona está dispuesta a quedar manca antes de casarse con quién no desea.

-. En eso tiene usted verdad mi señorito, todos sabemos que a quien su hermana quiere, no será ninguno de los que a esa fiesta asista.

-. No me digas señorito, Doyoung, ya habíamos hablado sobre eso, además, a papá Taeyong tampoco le molesta que sólo me digas Donghyuck, mi niño o corazón. A mi también me agrada más de esa forma.

-. ¿Como un simple sirviente puede tratarlo a usted de esa forma? Perdóneme si hace unos instantes le he faltado el respeto al llamarlo sin pudor por su nombre completo. - Donghyuck rio al escuchar eso.

-. Le salió un verso, sin mayor esfuerzo jajajaja.
Ay, Doyoung, tú no eres un sirviente cualquiera, tú eres de nuestra familia y sabes que si fuese por papá habrías dejado de trabajar hace años para simplemente estar durmiendo la siesta en una de nuestras habitaciones.- Doyoung enrojeció.

-. Ya no deberíamos hablar de esto joven Hyuck. Pero por favor, ¿podría hacer eso que yo descaradamente le pedí?

-. Claro hyung, y no es pedir "descaradamente", se llama pedir un favor, no es como si me estuviese obligando.

-. Está bien, pequeño, ¿entonces podrías? - Hyuck asintió - Bien, necesitamos un polvo de su tono y otro para darle un poco de rubor a sus mejillas, un papel rojo para los labios ¿tal vez?

-. Entendido hyung.

Donghyuck salió de la casa y se dirigió al comercio. En la gran plaza central se encontraban la mayor parte de las tiendas y pudo apreciar que en su mayoría, quienes estaban realizando una compra eran niñas o mujeres. Asumió debía ser por el supuesto baile que se realizaría.

En uno de los puestos, pudo encontrar todo aquello que Doyoung le había ordenado, lo compró y cuando estaba dispuesto a irse, vio como un joven de más o menos su edad, iba siendo literalmente arrastrado hacia una de las tiendas.

-. ¡Mira Mark, o te cambias esa cochinada o te pones un vestido!

Escuchó Donghyuck gritar a una hermosa joven en dirección al chico.
A quién entre tres sirvientes intentaban ponerle un vestido.

La chica era hermosa, pero se veía bastante aterradora.

-. Le informaré a nuestro padre sobre esto Wendy, le diré que me humillaste en el centro de la ciudad y me haz hecho ver como un inmoral.

-. Sí, sí, eso para después. De todas formas la vergüenza y la lección ya la tendrás aprendida para cuando eso suceda. ¡Guardias! Que el corsé resalte su trasero, oh y por favor póngale una de esas pelucas de por allá.

Donghyuck pudo ver el rostro desesperado del chico intentando soltarse, la gente se había reunido alrededor a burlarse del muchacho, y a Donghyuck no le causo ninguna gracia, es más, le dio tristeza ver a alguien obligado a ser un hazme reír delante de todo un pueblo.
Rodó los ojos y se dispuso a hacer algo.

𝕽𝖔𝖒𝖊𝖔 𝔂... ¿¡𝕵𝖚𝖑𝖎𝖊𝖙𝖔!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora