El Baile

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—. Mi niño hermoso, ya es hora de que emprenda su camino. Debe de presentarse al baile a las siete de la tarde y el camino hacia el castillo es largo, incluso en carrosa.

—. Doyoung hyung, mireme a los ojos... ¿Es realmente necesario que haga esto? Después de todo, ¿Qué es lo peor que puede pasar?, si noona no asiste, no puede ser obligada a casarse, ¿No es eso lo que ella busca con todo ésto lograr?

Doyoung lo miró apenado, mientras que sobaba nerviosamente sus manos. Donghyuck lo notó, había algo que Doyoung no le había contado.

—. Dime... ¿Qué es aquello que te atormenta y me deja a mi en tan desdichadas circunstancias? — preguntó, acercándose hacia Doyoung y tomando sus manos entre las propias, para así calmar el movimiento que lo estaba sacando de quicio.
Doyoung suspiró.

—. Ya se lo había dicho mi niño es su padre quien estableció la orden... Él dejó en claro que si la joven YooA no asiste esta vez, la enviará a servir al convento.
Si no encuentra a alguien con quien desposarse pronto, la señorita  será encomendada para servir a Dios por lo que reste de su vida.

—. ¿Está usted jugando conmigo? ¿Cómo puede mi propio padre ser capaz de tal acto carente de amor filial? ¿Cómo podría hacer algo así a su propia hija?

—. Es por eso que me he tomado la audacia de solicitarle este favor. Sé que ni usted ni yo quiere separarse de la señorita. Además, está nuestro otro trato. Si usted asiste,  lo cubriré en sus visitas al joven Jaemin a las afueras de la ciudad cuando guste.

Donghyuck hizo una mueca de disgusto y realizó un zapateo en su lugar, cubriendo su cara con parte de la falda del vestido, moviendo y levantando sin querer en partes desiguales, dejando al descubierto su ropa interior en la parte delantera.

—. ¡Está bien! — gritó frustrado soltando el vestido.

—. Entonces vamos. El joven Lucas lo está esperando con su carrosa fuera de la casona. Y por cierto... Evite hacer tales movimientos con su vestido en el salón de baile. Lo que menos queremos es que ocurra un accidente y lo descubran por ver... Algunas cosas, que claramente su hermana no tiene.

—. ¡¿Es un jodido chiste?! Si Lucas me ve así me molestará hasta que seamos ancianos... — sollozó el moreno caminando hacia la puerta.

Al salir de la casa, la carrosa y el chofer ya se encontraban esperando.
Lucas tenía una media sonrisa y miró de pies a cabezas al moreno.

—. Linda figura, "señorita". — Dijo el chofer del menor realizando una venia.

—. Cállate y maneja esta cosa lo más rapido que puedas... Y juro, lo juro realmente, Lucas, que si le cuentas a alguien sobre esto será el fin de nuestra amistad.— dijo el menor de manera amenazante hacia el más alto. Doyoung sólo le dio una mirada al chofer. Dejando en claro que ese sería su más grande secreto.

—. Como quieras princesa...

—. Princesa tus testi...

—. Bien... — interfirió Doyoung—Joven Hyuck, creo que si va a vestirse como dama, también tendrá que comportarse como tal. No debe dejar mal parado el nombre de la señorita Hyuna, ni el de su padre.

—. Sí, sí como sea. Sólo espero no arrepentirme de esto.

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3 horas más tarde.

—. DIOS, ME ARREPIENTO, ME ARREPIENTO TANTO, TANTO... ¡Lucas vámonos!  —

Lucas observó al moreno corriendo hacia la carrosa con parte de la falta del vestido entre sus manos. El moreno se veía con las mejillas sonrojadas y la peluca un tanto corrida producto de la carrera.

𝕽𝖔𝖒𝖊𝖔 𝔂... ¿¡𝕵𝖚𝖑𝖎𝖊𝖙𝖔!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora