YOU DON'T OWN ME

Capítulo 4

STEVE

Me encuentro sentado dibujando, perdido entre el grafito y mis pensamientos sobre todo lo que ha pasado estos últimos meses.

Al inicio de las giras, creía que si cumplía con mi deber pronto estaría apoyando a otros soldados en la guerra. Sin embargo, era una ciudad tras otra sin posibilidad de un cambio.

Hoy, recibir abucheos y tomatazos, me baja la moral, trato hacerme creer que peor es nada. Siendo el debilucho de antes no estuviera haciendo nada, al menos ahora estoy cerca del campo de batalla.

Comienza a llover y me siento aún más agobiado. Su sonido es abrumador, pero la lluvia no evita que escuche la melodiosa voz de la agente Carter. Quien además de saludarme me da un sermón sobre mi labor en esta guerra.

Quizás tenga razón, mas no lo admito y continúo lavando mi cerebro con la idea de que cuando menos hago algo.

Vemos llegar un camión con heridos y me apena saber que no estoy allá afuera apoyando a esos soldados. Me parece que han vivido un infierno y es lo que le expreso a la agente.

—Más de doscientos se le enfrentaron a Schmidt y menos de cincuenta regresaron. Tu audiencia contenía lo que quedaba de la 107.

107 ¿De dónde me suena esa unidad?

Casi al instante se me prende el foco, es la que conforma mi amigo Bucky. Si él no formaba parte de mi público, puede que esté entre esos heridos, pero si tampoco lo está...

No quiero imaginarme lo peor, me niego a ello mientras corro bajo la lluvia que ya ha logrado empaparme. Hago caso omiso a los gritos de Peggy hasta que llego con el Coronel Philips.

Buck no forma parte de los sobrevivientes y es algo que me hiere más que una bala en el pecho. No pude hacer nada por mi amigo, pero aún hay otros soldados ahí afuera que merecen ser rescatados.

Tal vez y solo tal vez, aún lo halle entre ellos. No me doy falsas esperanzas, pero tampoco me rindo del todo ante la posibilidad. Con o sin ayuda iré por ellos, así sea que me cueste la vida.

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HOLLY

Peggy toma por sorpresa a Howard al pedirle un gran favor. Vamos, que a mí también, sobretodo porque el mismo incluye a Steve y arriesgar la vida.

A veces pienso que le han golpeado tanto, que se le ha zafado un tornillo a ese muchacho. Eso o que su corazón es más grande que la tierra misma, pues su idea de infiltrarse por su cuenta en una base de Hydra sin estar seguro de que el resto de los soldados estén vivos, para salvarlos, parece sacada de un libro o mejor dicho, de sus propias historietas.

No lo culpo si se ha tomado muy en serio el ser un super héroe, pero ese lugar no es para nada un escenario donde puede golpear a Hitler y recibir ovaciones.

Claramente esto es un evento que no pienso perderme y a regañadientes, Howard acepta que los acompañe. Le he dado como excusa que no pienso dejarle ir sin estar segura de su regreso. Que es cierto, a fin de cuentas me preocupa la vida de mi hermano.

—Es una especie de fábrica. —señala Peggy en el mapa.

—Podemos dejarte directo en la entrada. —anuncia mi pariente mientras pilota.