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Sparks > Coldplay
We find love > Daniel caesar
Forever yours > greyscale
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Harry

Grazie Mille —le sonreí al muchacho entregándole unos billetes de propina y luego agarré el carrito con la comida arrastrándolo dentro de la habitación.

Gianna seguía dormida por suerte así que me fue fácil despertarme temprano para hacerle una pequeña sorpresa de cumpleaños. Había bajado a recepción a eso de las 6 AM para hablar con los cocineros y que me hicieran el favor de hornear un pequeño pastel y un desayuno especial para Gi. Y mientras ellos preparaban todo, había salido un momento a una tienda cercana que vi el día anterior para comprar un peluche mediano que tenía un delantal con manchas de pintura, un pincel y una paleta de colores en cada mano. No pude haber encontrado mejor detalle que ese y sabía que a Gianna le iba a encantar. Luego fui a un puesto de flores y compré un pequeño ramo de girasoles y por último un globo de helio en forma de corazón y una tiara dorada que decía feliz cumpleaños.

¿Estaba exagerando? No lo creo. Gianna se merecía eso y mucho más.

Acerqué el carrito a su lado en la cama, este tenía una variedad de comida como waffles, tomates fritos con queso y albahaca, panini, frutas, croissant de chocolate, jugo de naranja, café y el pastel de vainilla con mora azul. Las moras hacían una forma de letra G como les pedí. Coloqué el peluche con las flores, la tiara y el globo al final de la cama y por último, algo que había traído desde Roma, una mediana bolsa de regalo.

Inspeccioné todo con algo de nervios y emoción, ya deseaba ver su reacción. Con cuidado me senté en la cama y antes de despertarla, la admiré por un momento. Sus rosados labios estaban entre abiertos soltando profundas y lentas respiraciones, su nariz y mejillas de un adorable color por el bronceado, su castaño cabello en todas las direcciones, sus largas pestañas reposando casi cerca de sus mejillas. Estaba acostada de lado con ambas manos debajo de la almohada, mi camiseta de KISS en su cuerpo.

Ella era tan hermosa que me dolía saber que no podía ser completamente mía, no como quería.

Pero apartando esos pensamientos, alcé la mano y quité unos mechones de su rostro, acariciando sus mejillas con mis nudillos y acercándome para hablar en su oído.

—Hey, Gi, hora de despertar. —Le dije en un tono suave pero suficientemente alto para que me escuchara. Ella frunció el ceño ante mi voz y mis caricias y sonreí ante su adorable mueca —Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti.— Canté sin borrar mi sonrisa y al parecer eso fue suficiente para que entonces sus preciosos ojitos azules se abrieran y me observaran. La luz del balcón chocaba con su rostro y hacía que su azul pareciera casi transparente, increíble e hipnotizante.

—Mmmm.—Gianna murmuró sonriendo y estirándose, soltando un bostezo.

—Hola, bonita. Feliz cumpleaños.— Sonreí y planteé suaves besos en su nariz y mejilla. Ella soltó un risita y cruzó sus brazos detrás de mi cuello para abrazarme.

—Gracias, H.— Ella susurró algo adormecida pero con clara emoción en su voz —¿Qué hora es?—Volvió a soltar otro bostezo.

—Las 9:30, Gi. Te traje el desayuno.—Le dije apartándome del abrazo no sin antes plantar un suave beso en sus labios.

Ella comenzó a sentarse y sonrió —Oh, gracias, muero de- —Gianna calló abruptamente cuando sus ojos cayeron en las cosas al borde de la cama y el carrito de comida con el pastel. Abrió la boca sin poder creerlo y luego giró a mirarme con la sonrisa más adorable de todas y una mirada llena de sorpresa, felicidad y brillo —Harry...

sparks fly [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora