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The scientist > Coldplay
Red (tv) > Taylor Swift
Wish you were here > Pink Floyd
Without the bitter the sweet isn't as sweet > Mayday Parade

Un día sin Harry se sintieron como tres otoños. Sabía que me iba a doler su partida, sabía que mi vida iba a cambiar desde que lo conocí. Pero la manera en que terminamos, no fue como me lo imaginé. Por eso su partida dolía más, mucho más porque no fue en los términos que pensé. Él realmente jamás sería mío. Su mentira fue lo que me destrozó.

Y ahora tres semanas después, mis entrañas estaban muriendo por estar con él. Lo extrañaba tanto que todos estos sentimientos nuevos me estaban carcomiendo. Me sentía tan sola, mis días eran grises, mis noches llenas de insomnio. El dolor en mi corazón y pecho eran tan fuerte que me costaba respirar. La única persona que desearía que estuviese aquí era la que me había dejado caer sin previo aviso.

El día que llegué a Roma después de mi partida estuve toda la mañana encerrada en mi departamento llorando. Llorando, llorando y llorando hasta que muy tarde en la noche logré quedarme dormida con el dolor punzante en mi cabeza. Y en la mañana me desperté con una cama vacía y los hermosos y tristes recuerdos. Acariciando mi collar de avión de papel, llenando mi diario con más pensamientos y cosas que necesitaba dejar salir sobre él. Ver las pinturas de Harry dolía, ver esa fotografía que me regaló dolía. Quererlo dolía.

¿Es posible enamorarse en dos meses? Jamás había estado enamorada, así que no sé si esto con Harry fue una ilusión o realmente me había enamorado de él. Pero con todas las cosas que estaba sintiendo, eran muy fuertes para ser solo una ilusión.

De la manera que lo logré querer es la misma manera en la que estoy sufriendo por él.

Dos días después que regresé de la Costa Amalfi, dos días sin salir, alguien tocó mi puerta. Y super que era él, pero no me atreví a abrir. Solo me recosté en ella, pudiendo sentir su presencia del otro lado. Harry tocó más de seis veces, pero en ninguna abrí. Podía sentir su respiración, y solo por un par de instantes pensé en abrirle. Pero no, no podía.

Y antes de irse, casi media hora de insistiendo, me habló, porque él sabía que yo estaba ahí, él me sentía detrás de la puerta también.

-Gi...solo-solo quiero despedirme, s-solo quiero verte una última vez más. Por favor... ábreme. Mi vuelo sale en dos horas, n-no puedo irme sin ver tus ojos -su voz sonaba ronca y rota, mis ojos llenos de lágrimas escuchándolo- Te quiero, espero que lo sepas aunque no me creas. Te quiero y siempre te querré, espero algún día me perdones, jamás quise hacerte daño. Yo...-un largo suspiro y pausa- Por favor, sé que estás ahí, Fiore, ábreme.

Y no lo hice aunque estaba muriendo por hacerlo. Harry se rindió pocos minutos después y lo escuché levantarse del suelo, lo escuché bajar las escaleras, y cuando corrí a la ventana, lo vi detenerse frente a su auto por unos segundos. Cuando se giró y observó hacia mi ventana, me hice a un lado escondiéndome pero sé que él me vio.

Se montó en su auto, desapareció por las calles y se fue de mi vida.

Cuando abrí la puerta de mi departamento estaba el peluche que me había regalado, lo había olvidado en la habitación de la villa. Pero junto al peluche había un sobre. Un sobre con fotografías reveladas de nosotros y mías. Y junto a ellas una carta. Una carta que aún después de tres semanas no he podido leer por miedo a lo que ahí diría.

Cuatro días después de estar en mi apartamento sin salir y de recibir una llamada de mi Nona consternada fue que salí de mi casa. Le había mentido diciendo que había cogido un resfriado después de llegar de la costa pero resulta que Harry se pasó por el restaurante antes de irse de Roma, destrozado y agradeciéndole por todo a mis abuelos. Y que por favor me dejara saber que me quería con todo su corazón.

Claramente tuve que contarle a mi Nona todo lo que ocurrió, llorando en su regazo como una niña patética. Extrañaba mucho a mi mamá pero al menos tenía a mi abuela cerca, dándome consejos que mi madre también me daría, pero aún más sabios por su edad. Y mi abuela nos dio la razón a ambos. A mí por ser su nieta y porque aún más allá de que Harry me haya mentido, no podía hacer nada en la situación en la que él estaba. Me dijo lo fuerte que fui al haberme ido así. Que se requiere coraje darte la vuelta a alguien a quién amas, pensar en ti y estar consiente de lo correcto aún con el corazón roto.

Pero también entendió a Harry, si todo lo que había dicho era cierto el pobre hombre estaba en una situación complicada y debía ser duro querer a alguien y no poder estar con esa persona porque otra situación te amarraba. Que entre nosotros dos, Harry la tenía más difícil, eso sin minimizar mis sentimientos. Y lo sé, él la tenía difícil. Mi abuela también agregó que aunque yo no quería verlo o creerlo, él realmente me quería. Ella lo vio en sus ojos verdes algo rojos por probablemente haber llorado y el tono melancólico y triste con el que pidió mandarme aquél mensaje.

El hombre se veía destrozado y sin ese brillo con el que lo conoció y tenía desde que empezamos a salir, agregó ella.

Y hoy, hoy Harry llamó a mi teléfono de casa. Lo supe cuando contesté y escuché su voz decirme:

-¿Fiore?

Pero colgué sintiendo pánico y a la segunda y tercera vez que llamó no contesté.

Moría por hablar con él, por saber como estaba, pero no solo me estaba haciendo un favor a mi sino a él. Era mejor que continuara con su vida, lo de nosotros no iba a poder ser y si lo ignoraba, iba a dejar de insistir.

Pero en el fondo no quería que dejara de insistir.

Querer a Harry fue lo más dulce amargo que he podido experimentar.

Solo tengo este diario y mis lienzos para ahogar mi dolor.

Holiiiii capítulo cortitos pero es un pequeño recuento de los días de Gianna tres semanas después.

¿Cómo estará Harry? ¿Qué sentirá él? Lo sabremos en el próximo xxxx

sparks fly [h.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora