Capitulo 11: Planes para el sharingan

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Capítulo 11:

Itachi tomó el anillo con su mano derecha y lo guardó sin más en su bolsillo. Se volvió hacia su bandana e hizo lo mismo. Todavía se sentía repelente a la idea de usarla con ese corte dividiendo el símbolo de la aldea. Naturalmente, en algún momento iba a tener que abandonar su reticencia y usarla, pero hasta que ese momento llegara estaba bien sin verla.

Como la reunión había acabado, Itachi se giró para tomar a Sakura nuevamente. Habían heridas que creía debían ser tratadas con prontitud. Quería ocuparse rápidamente de eso, para quedar libre y poder ir con su hermanito; necesitaba verlo y permanecer junto a él. Sus ojos no la encontraron dentro de la habitación, tampoco a la mujer que la cargaba. El ceño de Itachi se frunció y rápidamente sus pies se movieron hacia la salida con claras intensiones de buscarlas.

Apoyó la mano sobre el alféizar de la puerta y miró en ambas direcciones del pasillo penumbroso y húmedo. Estaba oscuro, pero sus ojos ya acostumbrados, lograron divisar en la distancia la figura de la mujer con capa de nubes rojas, alejarse por el lado izquierdo.

Itachi ya estaba cruzando el umbral dispuesto a alcanzarla, cuando la mano de Madara tomó su hombro para detenerlo.

Girando la cabeza, el sharingan de Itachi se encontró con el de Madara. No había actitud hostil, solo un áspero cuestionamiento.

—Déjalas ir. — declaró Madara mientras soltaba el hombro de Itachi. — Konan tiene conocimiento médico. No es profesional en este campo, pero sabe bien que hacer con este tipo de heridas y dadas las circunstancias en las que estamos, es algo bueno. — Itachi concedió que era algo muy útil. — Tu acompañante, parecía haber perdido el conocimiento debido al impacto y conmoción. Tiene un corte en el área de la sien, un tobillo morado y algunos rasguños pequeños, pero por lo demás, parece estar ilesa. Sin embargo, no está consciente y por ello, es difícil evaluar su situación real. Por eso, le ordené a Konan que procediera rápidamente. — Itachi pensó que esa orden pudo haber tenido lugar cuando él estaba marcando su bandana. En ese momento, estaba tan conmocionado, que abandonó momentáneamente su estado de alerta.

La mirada de Itachi regresó en dirección a la que se había ido la mujer llamada Konan, para luego caer lentamente hacia el suelo de piedra adornado con charcos de agua. El silencio que se prolongó, fue cortado por su propia voz momentos después. — ¿Y nosotros de que nos ocuparemos? - preguntó Itachi con voz neutra mientras se alejaba de la deprimente visión. Madara era el tipo de hombre al que le importaba muy poco lo que hicieran los demás. Entonces, a menos que necesitara algo de él, jamás lo hubiera detenido de ir tras Konan.

—Hmp, que perspicaz. — un vórtice se abrió al instante. — Sígueme.

Itachi obedeció la orden.

Al atravesarlo por completo, Itachi se sorprendió. Frente a él no había una villa o guarida como esperó, sino un espacio exageradamente amplio y oscuro, colmado de columnas grises de diferentes tamaños. Eso parecía una dimensión. — ¿Qué es este lugar?

—Esta es un espacio creado por mi Mangekyou Sharingan: Kamui. — respondió Madara, confirmando las sospechas de Itachi y agregando información que desconocía.

Itachi pensó que ese hombre debía estar demasiado seguro de su poder, como para hablar de sus habilidades tan abiertamente.

Madara comenzó a caminar en línea recta por unos cuantos bloques. Hacia el final de un pasillo de largas columnas grises, dobló a la derecha. Desconcertado, Itachi que caminaba unos pasos por detrás, descubrió una pila repleta de cadáveres encimados y de forma descuidada, como si hubiesen sido apilados con prisa. Esos cuerpos pertenecían a la gente del clan. Estimaba que deberían ser alrededor de treinta cuerpos.

Más allá de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora