Más allá de la oscuridad

Capitulo 10: Pain

Capitulo 10:

Cuando Itachi atravesó completamente el vórtice, se encontró parado sobre la entrada de un edificio de particular forma humanoide cubierto por tuberías. Paseó la vista por el lugar. La torre en la que estaban, parecía ser la más alta de todas. La aldea se veía altamente industrializada y por alguna misteriosa razón, completamente apartada del mundo exterior. El acuoso ambiente, le hacía honor al nombre de la villa.

—Hemos llegado. Esta es Amegakure no sato. — anunció Madara, parándose justo al lado de Itachi. —Aquí conocerás a quien se presenta como el líder de Akatsuki. — realmente no hacía falta la aclaración. Itachi sabía muy bien que el verdadero líder de esa organización era Madara. Pero se mantuvo en silencio y escuchó cada palabra hasta el final. — En la organización, uso el nombre de Tobi. No soy un miembro oficial. Más bien, soy una especie de aprendiz que no tiene ninguna técnica en particular. Recuérdalo para después.

—¿Por qué ocultas tu identidad?

—Porque habrían muchos problemas si se supiera que Uchiha Madara está vivo. Mi verdadera identidad, solo la conoce el líder de Akatsuki que te presentaré, la mujer que lo acompaña y tú. Así debe permanecer.

"Al menos, por ahora..."

El cielo cubierto de nubes, que variaban entre grises, rociaba sobre el lugar una copiosa y fría llovizna. — Entremos. — Madara comenzó a avanzar sobre la penumbra que los cubrió poco después de cruzar el umbral de la entrada.

Itachi lo siguió unos pocos pasos por detrás.

Sin apartar la vista del camino, tanteó con su mano los cabellos de Sakura para comprobar que tanto se había empapado mientras aguardaba a qué Madara se decidiera por entrar finalmente. Sintió alivio al comprobar que no era mucho, gran parte de la llovizna, él la había estado amortiguando con su espalda.

Caminaron en penumbras un poco más, hasta que una mortecina luz se cruzó en el camino de ambos. Al llegar, la pequeña vela flameó. Madara la tomó con una de sus manos y bajó un piso por las escaleras. A medida que se descendían, el olor a humedad se volvía más penetrante. El silencio del lugar, era cortado solo por el continuo goteo que se esparcía por varios sectores.

Madara detuvo sus pasos sobre una puerta levemente cerrada. Ladeó la cabeza hacia un costado y sus ojos penetrantes se posaron sobre la silueta de Itachi. Lo delineó con un brillo particularmente aterrador, antes de desviar su mirada del chico.

Itachi activó su Sharingan, que a la tenebrosa luz que había, se mostraron siniestros. Pudo predecir hasta la sonrisa que se escondía detrás de esa máscara naranja.

—No confías en mí, ¿Eh, Itachi?

—Soy un ninja después de todo.

—Haces bien. — susurró Madara, con voz complacida. Empujó la puerta con una de sus manos, abriéndola y revelando la presencia de dos personas dentro: un hombre y una mujer.

Itachi lo siguió.

Una mesa de madera se interponía, dividiendo a Itachi y Madara por un lado y los dos individuos con capas negras y nubes rojas, por el otro.

—¿Él es el nuevo integrante? Se ve muy joven — soltó con voz sosa, una mujer de cabello azulado y ojos ámbar, luego de observar al Uchiha. — Aunque reconozco el uniforme, como el estándar de Anbu. ¿Pertenecías a las fuerzas elite de Konohagakure, no es así?

—Sí. — respondió Itachi, escuetamente.

Los ojos carentes de brillo de la mujer, recayeron sobre la infante herida. La voz profunda de Madara, desvió su atención.