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Querido Zorro.
¿Estás bien? Aquel golpe debió doler, nunca creí que la bola de básquet te diera en plena cara, me gustaría haber estado para tí, al menos haberte salvado o recibir el balón por tí.
Cambiando un poco de tema, hace tiempo que no te veía sudar tanto, para que mentir, hasta sudado te veías demasiado bien, incluso con esa polera de educación física, Dios, casi me derretía.
Lo bueno es que estabas tan ocupado que no pudiste verme, de hacerlo hubieras descubierto mi identidad antes de que pudiera tomar el valor suficiente como para poder decirte por mis labios quien soy.
Eh estado pensando en un posible encuentro, como la chica de las cartas, no como quien me has visto hasta ahora, me da miedo, ansiedad, es raro, siento que cuando descubras quien soy me vas a rechazar por mi patética apariencia, talvez te decepcionara más mi forma de ser.
¿Cómo podría verte nuevamente si supiera que no soy lo que esperabas?
Hace poco tuve una plática intensa con mi mejor amiga sobre los pros y contras de conocernos en persona, pero casi me mata al descubrir que jamás di un beso largo, por lo que incluso se ofreció a enseñarme, lo cual acabo en un malentendido.
Aún no puedo creer que el director nos escuchará, fue tan vergonzoso, aunque ahora el director también sabe mi identidad, solo espero no se te ocurra hacer ningúna locura.
Atte una preocupada enamorada. PD: amo tu sonrisa.
— ¿Otra carta? — habla la albina un tanto divertida molestando a un sonrojado peli rojo.
— Meg ¿Te gusta mi sonrisa? — ante su pregunta la albina le mira completamente incómoda retrocediendo unos pasos.
— ¡Claro que no! — suelta, aunque era de esperar esa respuesta — pero al parecer a esa chica si, vaya rara — la albina se calla, nunca esperó que el peli rojo se sonrojara por una carta — oye, ¿Estás bien?
— Meg, creo que estoy enamorado — susurra el peli rojo apretando la carta contra su pecho a lo que la albina le mira incrédula.
— ¿Tan rápido? — susurra con cierto recelo. Tan solo llevaba cuatro cartas, ¿Era acaso posible?
— si supieras lo lento que me siento — suelta divertido mientras guarda la carta en una cajita para terminar de arreglarse.
— ¿Dónde vas? — pregunta la oji miel confundida sintiendo el dulce aroma a perfume — ¿Fox?
— quiero ver a ____ — suelta de la nada confundiendo aún más a la albina de ojos claros.
Sin decir otra palabra se alejo de su hogar con una sonrisa para ir en busca de su mejor amiga, aunque no esperaba ver a la oji fucsia antes que a la oji rosa, aunque era de esperarse debido a que ambas son mellizas, eso no quito el hecho de que se decepcionara.
— hola Foxy — saluda la joven levemente agitada, parecía haber estado haciendo algún tipo de ejercicio.
— ¿Está ____? — pregunta rápidamente.
— si pasa — ante sus palabras el peli rojo no tarda en asentir.
De un solo golpe ingresa a la habitación de la rubia quien se vestía tranquila — ¿Foxy?
