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El peli rojo miraba las estrellas pensativo, su mente no quería pensar en otra cosa más que en la actual situación de la rubia.
— ¿Aún sigues pensando en eso? — pregunta la albina entregando una gaseosa, sabor fresa su favorita.
— ¿Por qué no me lo dijo? — ante su pregunta la rubia sonríe ampliamente — ¿Qué?
— ¿Acaso tú le contaste cuando te clavaste un dedo? — pregunta sonriente a lo que peli rojo negó confundido — ¿Y cuando casi chocas? — otra vez negó — es similar.
— entiendo tu punto — susurra para suspirar frustrado bebiendo de un sirvo la mitad del líquido dentro de la lata — maldición, esto me está matando.
— trapo me mandó a dejarte una carta, quizás así te distraes sonso — menciona la albina dejando sobre el velador la carta de la rubia.
— gracias — con una sonrisa deja ir a su albina hermana quién asiente brindándole privacidad.
Ambos hermanos estaban preocupados, el juicio dictaría finalmente los pasos a seguir tras la demanda que con ayuda de sus amigos la rubia de ojos rosados pudo hacer. Aunque aún no tenían noticias de los resultados lo que le mantenía nervioso.
Dejando la gaseosa a un lado sujeta entre sus dedos el papel levemente perfumado a vainilla, tan dulce.
Querido Zorro.
Espero estés bien, no sabía que poner en esta carta que será la última como anónima, hace tiempo que no sabía cómo decirte mis sentimientos hasta que crecieron tanto como caballos salvajes. Incontrolables, puros e indomables, no planeé enamorarme de ti, pero no me arrepiento.
Cada noche miro las estrellas imaginando un futuro juntos, uno donde puedas verme como algo más que una amiga, algo más que tú mejor amiga, pero cada noche repito que esos recuerdos son solo un deseo onírico completamente utópico.
Se que entre tus opciones existe algo mejor que solo una chica llena de problemas, más esta soy yo, alguién que duerme demasiado, que no tiene buen futuro, que se esfuerza por aprobar cada materia, alguién que ahora que está a punto de irse se atrevió a decir quién era.
Si leíste bien, puede que para cuando leas esta carta ya no me encuentre en mi casa, me escapé, no podía continuar en el lugar que ignoró mi sufrimiento por tantos años normalizando los sucesos que me pasaron, esos recuerdos que me atormentan cada noche, solo pensaba que lo hacia por ellos, pero me destruía a costa de eso.
Planeaba irme apenas pudiera confesar mis sentimientos, así no dejaría cabos sueltos, pero todo se adelantó el día que confesé mi situación en voz alta, lamento dejarte solo, pero lo correcto sería dejarte ir.
¿Entonces por qué duele tanto?
Atte siempre tuya ____. PD: recuerda que te amo, te amé y te amaré siempre.
