Hace mucho tiempo, el Dios del Misterio y la Diosa de la Fantasía tuvieron una hija; Arunai.
En su nacimiento, Arunai fue bendecida con tres dones:
El primero de ellos fue el don de la sabiduría y el conocimiento. Inspiradores de la pasión por aprender, le hicieron poseedora de una gran destreza creativa con la que descubrir nuevos horizontes.
Su segundo don, la trascendencia, le entregó la dicha de la esperanza y la virtud de apreciar con sus ojos la belleza que la rodeaba.
Por último, la humanidad, le otorgó el valor de ser generosa y mostrar su gran afecto por quienes les acompañaban.
Arunai era una niña de mente muy inquieta, cuya curiosidad le hacía entregarse por completo al mundo de las letras. Tal era así, que perdía fácilmente la noción de un tiempo que nunca le era suficiente. Los días y las noches sucedían fugaces como las mismas estrellas, sin que sus ojos fueran capaces de despegarse de las hojas.
Su pasión inagotable, le hacía incluso aprender otras lenguas con el afán de comprender todo aquel manuscrito disponible a su alcance.
Contagiando el orgullo por su pasatiempo favorito, conseguiría que los hijos de otros dioses aprendieran el arte de la literatura e intercambiaran impresiones en sus lecturas.
Dejando anotaciones en sus páginas, fomentaba a que otros hicieran lo mismo y plasmaran en ellos su buen juicio. Opiniones que resaltarían posteriormente a viva voz, olvidando que la noche daba paso de nuevo al sol.
Ni siquiera el insomnio llamando a su puerta, era suficiente aliciente como para que Arunai desease volver a la tediosa realidad. Preocupados por un hábito que podría enjuiciarla a la larga, los dioses tuvieron la precaución de pedir ayuda a una gran hechicera. Más el poder que aguardaba en sus manos, traería consigo una advertencia:
"De no encontrar asilo en el manto oscuro,
los relatos leídos perderían su abdujo,
ficción navegante, ahora vista como un lujo"
"Olvidados por aquellos quienes los tuvieron en mente,
se encerrarían en El baúl de los libros ausentes.
Lugar de destierro que la condena le preste,
letras borrosas perpetrando por siempre."
Por desventura de la buena creatividad,
agraciada en sus dones de alta capacidad,
menguadas en su devoción apreciarán,
volviéndose frágil, endebles como el cristal.
Después de tal encantamiento, viendo que podía malograr sus más grandes tesoros, Arunai quedó completamente desolada. Sin embargo, su dedicación era tan grande, que el amor que sentía por esos libros le hizo envalentonarse una mañana y comprobar si, efectivamente, aquel hechizo seguía haciendo efecto en ella.
A medida que viajaba en el roce de sus páginas, comprobaría que sus capacidades mermaban. Siendo tan perspicaz como era, Arunai encontró una estratagema que pondría en jaque el encantamiento que la aprisionaba.
Vería que no estaba todo perdido si se entregaba al sueño, después de leer el quinto capítulo en el día. El efecto sigue cursándose en el presente desde tiempos inmemoriales, pese a que la curiosidad de Arunai la haga soñar despierta siempre que puede.
¿Ayudarías a Arunai a llegar al capítulo cinco
y conseguir que se duerma para que no pierda sus dones?
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
ESTÁS LEYENDO
Intercambio de lecturas Arunai
Losowe¡Bienvenidos a "Intercambios de lectura Arunai"! Somos dos escritoras/lectoras de la plataforma cuyo propósito es el siguiente: Hemos unido nuestra ilusión por la escritura para crear un espacio común, donde las maravillosas historias escondidas en...